Futuro Próspero [Hualian] ⚠ BAJO REMODELACIÓN ⚠

16. Caligrafía mortal - (18+)

— San Lang, suelta a Lan-Er. — Xie Lian repasaba algunas hojas, mientras que dejaba algunas en una mesa junto con las demás, esa mesa de madera tenía más blanco encima que su propio color.  

Hua Cheng tenía a Hua Lan en sus piernas, jugueteando con él, pero claramente evadiendo su responsabilidad, que era practicar caligrafía. El de parche abrazó al menor, usando su único ojo para verse lamentable.

— No quiero que Ah-Lan se aburra. — Xie Lian suspiró, negando con la cabeza.

— Él no se aburre, además de que ya es hora de que se vaya a dormir. — aunque Hua Cheng iba a replicar, Hua Lan dejó escapar un bostezo, dejándole sin forma de escapar de ello. "Pequeño traidor". 

Aún así eso no le daba las ganas de soltarle, le sostenía con firmeza pero brindaba un abrazo muy cómodo, eso propiciaba más a darle la comodidad y situación perfecta para dormir. Picó un poco la mejilla de su hijo, intentando despertarlo sin mucho éxito. Suspiró rendido. 

— Dijiste que te quedarías despierto toda la noche, Ah-Lan. — Xie Lian se acercó a él, tomando al menor en sus propios brazos, acunándolo y observándole con una leve sonrisa.  

— Los niños aún duermen, San Lang, que los niños fantasmas no lo hagan no significa que Ah-Lan no lo haga. —

— Yo también puedo dormir si quiero hacerlo, gege. — Hua Cheng cruzó sus brazos fingiendo hacer un puchero, sacando una pequeña risa por parte de su esposo, el cual apretó un poco su mejilla. 

— Entonces me gustaría ver a San Lang dormir un día de estos. — dicho esto, realizó una pequeña travesía a la Mansión Paraíso, dejando al menor en su habitación que le pertenecía, acobijándole en la cama, acarició un poco su cabeza, alejando los cabellos que se juntaban en su rostro, sin darse cuenta que este se había despertado nuevamente antes de que se alejara a la puerta.

—Baba, chu chu. — Xie Lian quiso ahogar una risa, aunque ya le había dado la espalda al menor, tuvo que darse media vuelta, encontrándose al menor sentado en la cama palpando varias veces sus mejillas, señalando donde quería recibir su petición. 

— Pensé que Ah-Lan ya se había dormido. — se inclinó lo suficiente para besar su frente, mejillas y nariz, haciendo al menor reír suavemente, este se recostó nuevamente, permitiendo que Xie Lian subiese su sábana hasta su pecho, esta vez deseándole buenas noches de verdad. 

 — Buenas noches, Ah-Lan, nos veremos en la mañana. —Dicho esto, cerró la puerta detrás de él.

Caminó de vuelta tan pronto como pudo, entrando al templo en el que se encontraba antes practicando caligrafía con Hua Cheng, cuando se retiró sus zapatos al entrar, hizo una pequeña pausa intentando recordar que era lo que escribían anteriormente, con la mirada y mente perdida, no se dió cuenta de la imagen a sus pies.

Convenientemente y con antelación, el mismo se había retirado una de sus túnicas exteriores para evitar que se manchara de tinta en las mangas, y pues los pisos del templo siempre estaban limpios por órdenes de Hua Cheng, si se ensuciaba al menos sería algo que podría sacudir. Volviendo al asunto importante, se encontró con algo que le provocaba no saber si reír o llorar.