BOOK I: H(A)UNTED | BUFFY + SPN (DEAN WINCHESTER)

IX. Pesadillas. Parte 3.

CAPÍTULO 9

"Pesadillas" (parte 3)

BUFFY Y JOHN SALIERON POR LA MISMA PUERTA POR LA QUE HABÍAN SALIDO HACÍA UNOS MINUTOS.

- Creía que eso daba a la biblioteca – señaló Buffy confundida.

- Está jugando con nosotros. Deberíamos tomar otro camino – propuso el padre de los Winchester.

- Claro, sí. Muy bien. Podemos ir por detrás de la cafetería – indicó la Cazavampiros emprendiendo el camino.

- Debemos tener cuidado. Ha traspasado la trampa – advirtió John al ver cómo el demonio había provocado una grieta suelo para anular la trampa.

- Vayamos por aquí – dispuso la cazadora atravesando unos setos que adornaban el patio para atajar. – Caramba, ¿qué ha pasado?

Una vez los dos cazadores atravesaron los setos, la noche cayó sobre Sunnydale. Buffy miró confusa a su alrededor, ¿desde cuándo había un cementerio al lado del instituto?

- No recuerdo haber visto este cementerio antes – mencionó John.

- Eso es porque no debería de estar aquí – arguyó la Cazavampiros.

- Mira eso – indicó el señor Winchester señalando con su dedo índice a una tumba que parecía recién cavada. – Parece que van a enterrar a alguien. ¿Quién se habrá muerto?

- No se ha muerto nadie – sonó una voz a sus espaldas provocando que ambos cazadores se giraran. - ¿Qué diversión hay en enterrar a alguien que ya está muerto? – formuló el vampiro más aterrador que habían visto hasta el momento.

Buffy enseguida lo reconoció. Había sido el protagonista de sus pesadillas en más de una ocasión: El Maestro.

- Tú – pronunció Buffy con desprecio.

- Así que ésta es la Cazavampiros – declaró el Maestro saltando desde lo alto de la tumba sobre la que los observaba. – Eres más guapa que la anterior – valoró mientras se acercaba a paso lento a los cazadores.

- Esto no es real. ¡No puedes estar libre! – reflexionó la Cazavampiros.

- Sigues sin entenderlo, ¿verdad? Estoy libre porque tú lo temes. Como tienes miedo, el mundo se está viniendo abajo. Tus pesadillas se han hecho realidad. Agradéceselo a John Winchester – narró a la vez que se acercaba más y más a ella.

Buffy buscó a John con la mirada, pero John ya no estaba, había desaparecido. Estaba sola, cara a cara con el Maestro, como en sus peores pesadillas. Nadie iba a rescatarla porque ella era la Cazavampiros. Su deber era proteger al mundo de los vampiros, no que un príncipe azul fuera a salvarla.

- Esto es un sueño – trató de convencerse Buffy negando con la cabeza.

- Un sueño es lo que alguien desea – esclareció el vampiro estirando su mano para agarrar a la cazadora del cuello. – Esto es la vida real. Vamos, Cazavampiros, ¿de qué tienes miedo? - preguntó el Maestro antes de hacerla aterrizar en el ataúd que había en la tumba abierta. La tapa se cerró al instante.

- ¡No!¡Socorro!¡Sacadme de aquí, por favor! – gritó la Cazavampiros golpeando la tapa del ataúd con sus puños intentando abrirlo.

- ¿Qué te parece ser enterrada viva? – rió maléficamente el Maestro mientras cogía la pala que había apoyada sobre la lápida para enterrarla.

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Un Ángel poseído por el demonio de los ojos amarillos golpeaba a Dean hasta la saciedad. El Cazador no era capaz de responder a los puñetazos, era demasiado fuerte. Al igual que en sus pesadillas. Gritó el nombre de Buffy varias veces con la esperanza de que siguiera viva, pero su cuerpo no se movía y la cazadora parecía perder más y más sangre debido a la mordedura de su cuello. El vampiro gritó al sentir cómo su piel estaba siendo abrasada. John Winchester había llegado a tiempo para salvar a su hijo. Otra petaca de agua bendita fue necesaria para que el demonio soltara a Dean Winchester de su agarre.