deep web, yungi

veintiséis.

❝ nuestros caminos están destinados a encontrarse, Jeong YunHo. quieras o no me tendrás a cada instante en tus pensamientos, seré la cicatriz que jamás sanará en tu cuerpo.❞

⚠︎

MinGi frunció el ceño sin quitarle los ojos de encima al chico, JongHo en cambio tenía la mirada puesta en sus lastimadas muñecas. las cuerdas que el caníbal anteriormente le había puesto eran rasposas y en sus intentos por escapar se rasgaba la piel, sólo quería salir de aquel nauseabundo lugar.

—¿qué te hace creer que yo te quiero cerca de YunHo?—expresó el tatuado a la defensiva cubriendo a toda costa al peliceleste, no quería que ese tal JongHo siquiera mirase al chiquillo.

—puedo ser de gran ayuda, lo juro. —se apresuró a responder el estudiante con temor y nerviosismo a ser rechazado, buscó con la mirada a YunHo pero MinGi volvió a taparle la vista una vez más. —te lo suplico, no quiero ser atrapado de nuevo por Jung.

YeoSang seguía inmóvil en la zona aún apuntando fijamente a JongHo, sintió pena por el adolescente con hematomas, tenía su misma edad al igual que YunHo.

—MinMin, deja que JongHo se quede. —pidió YunHo asomándose para ver a su compañero, a JongHo se le iluminaron los ojos cuando lo vió pero trató de disimular al notar la posesiva mirada del mercenario. —èl trató de ayudarme la última vez.

—mierda, YunHo. ¿estás seguro de que es confiable?

los ojitos del chiquillo peliceleste lo miraron con súplica, MinGi supo que estaba jodido cuando cedió ante el pedido. ese chiquillo sería su debilidad y perdición pero no le importaba, nada lo hacía desde que derribó sus barreras.

—deja que se quede, Gi. lo tendré vigilado.

—bien. —expresó el mercenario con brusquedad antes de dirigirse a JongHo, lo tomó de la camiseta con fuerza. —escúchame con atención, niño. dejaré que te quedes con nosotros, pero tan sólo un error me bastará para meterte un tiro por la cabeza. ¿entiendes? no estás metiéndote con un simple matón, estás metiéndote con el peor.

—está claro, muy claro. —respondió el estudiante con rapidez, sus ojos miraban con temor y asombro al mercenario que tanto había admirado por los vídeos de la red oscura.

—MinMin. —le habló YunHo con timidez tomando su mano izquierda, MinGi aún tenía el agarre en la camiseta del estudiante con la otra mano. —ven, hyung. ya no te enfades.

el tatuado casi reía por las palabras del chiquillo, ¿no enfadarse? era imposible no hacerlo.

—una cosa más, JongHo. quiero que te quede claro que no me importa un carajo si alguna vez fuiste algo de YunHo. —manifestó con la voz más grave de lo normal, la mano venosa de MinGi viajó de la camiseta hasta el cuello blanquecino de JongHo apretando superficialmente. —ahora me pertenece totalmente así que no se te ocurra posar tus asquerosos ojos de nuevo en él...

JongHo asintió rápidamente jadeando dramáticamente por aire, el mercenario se carcajeó con burla antes de soltar su yugular.

—Gi, no podemos quedarnos más tiempo aquí.

—tenemos que largarnos, el problema es que ya no tengo otro jodido lugar cerca. —el azabache acarició con sus pulgares los nudillos de la manita de YunHo intentando brindarle un poco de calma. —¿estás cansado? ¿tienes sueño o algo?