Habían pasado algunos años ya desde que Johnny se curó completamente del hanahaki, aquellos chicos que pasaron por tanto se volvieron unos adultos con el paso del tiempo, ahora tenían veinticuatro años y después de aquel terrorífico suceso habían aprendido a valorar lo que tenían, así que está de más decir que luego de ese día donde se besaron en el hospital no se habían separado en ningún momento.
Era amor verdadero, amor real de los que ya casi no se ven por el miedo que las personas tienen a sentir.
Ambos estaban libres de miedo y a punto de contraer matrimonio.
Era el gran día de la boda. Ambas familias, LaRusso y Lawrence estaban vueltas locas con los preparativos finales, tenía que estar todo perfecto para la hermosa pareja, hasta el más mínimo detalle. Jessica y Ali se encargaron del arreglo de la pareja, mientras que la chica Mills se encargaba de la imagen de Johnny, Jessica hacía lo mismo con su primo.
Chozen y Kumiko se encargaron de la organización total de la fiesta, asegurándose de encontrar cosas de la mejor calidad como regalo de bodas para los chicos. Susan se encargó de la comida, al principio Dany y Johnny se negaron pues no querían que esa adorable señora trabajará de más, aunque al final terminó convenciéndolos, Ernesto Mills se encargó de las bebidas, el vino "tú corazón" que había Sido un éxito desde su lanzamiento estaría presente en cada una de las mesas de invitados, además Yukie y Miyagi serían los padrinos de lazo, pues si no fuera por ellos probablemente no hubieran avanzado tanto en su relación.
- Dany relájate - dijo Ali, quien se había vuelto una gran amiga de ambos chicos - estás perfecto.
- Ali tiene razón, cariño - dijo Susan - te ves guapísimo.
- no es eso lo que me preocupa... - respondió Johnny- quiero decir... ¿Y si Dany ya no quiere casarse conmigo? ¿Y si ya se arrepintió?
- Johnny, estuviste a punto de morirte por una enfermedad toda extraña de flores - dijo Jimmy a su hermano- no creo que quiera dejarte plantado.
- ay Jimmy - comenzó Tommy - no se dicen esas cosas antes de una boda.
Los mellizos ahora tienen diecisiete años.
- esta vez hablo Bobby- Además Johnny, si él no llega yo mismo me encargaré de buscarlo y partirle la cara.
Johnny asintió rápidamente para que Ali pudiera seguirlo arreglando mientras trataba de relajarse, pero simplemente no podía, aún faltaba una hora para la ceremonia y no lograba ni tranquilizarse.
Si nos vamos al edificio en Reseda la situación no era tan distinta a la que vivía Johnny, en realidad podría decirse que Dany estaba más nervioso que su prometido.
Está a punto de quitarle su retoño en frente de sus ojos en una boda, sabía que Laura lo mataría con la mirada, no es que no lo quisiera como yerno, pero no quería que alejaran a su hijo tan pronto. Sus manos sudaban y sentía muchísimo calor con aquel elegante traje negro con el recibiría a Johnny en el altar, pero sus nervios no lograban opacar la inmensa felicidad que sentía, aún no podía creer que se iban a casar... Parecía que había Sido ayer cuando todo había regresado a ser alegre luego de que Johnny saliera del hospital.
Ambos podían decir que aquel 14 de octubre se volvió uno de los días más perfectos y felices de si vida.
🌸🌸🌸
— ¿Estás listo Dany? — preguntó Ali quien ocupaba uno de los lugares de honor cerca del altar — espero que sí porque cuando veas a Dany vas a quedar con la boca abierta.
— Ali me estás poniendo más ansioso.
La ceremonia se celebraría civil ya que un matrimonio por la iglesia sigue siendo prohibido, pero aun así Chozen y Kumiko se encargaron de hacerlo lo más parecido posible, todo se daría en un jardín adornado bellamente con colores puros como el blanco y el color oro dando un ambiente fresco y relajante, casi perfecto, tanto así que casi se podría decir que la madre naturaleza había planeado el momento pues incluso quedaba con la brida el día.
Los músicos comenzaron a tocar la marcha nupcial alertando totalmente a Daniel, no esperaba que el tiempo pasará tan rápido, carraspeó la garganta, luego acomodó su traje mientras inhalaba y exhalaba continuamente para no temblar, tenía una extraña combinación de nervios con emoción que le dificultaba el poder controlar su cuerpo.
Aunque todo esfuerzo fue en vano porque en cuanto vio a Johnny su corazón se aceleró a tal grado que podría confundirse con taquicardia, pero era completamente imposible negarlo, su novio se veía hermoso, perfecto, más de lo habitual, además Ali contribuyó demasiado en hacer parecer a su pareja como un dios griego.
Aún no sabía que había hecho para merecer a ese bello chico llamado Johnny Lawrence.
Johnny vestía un traje blanco igual de elegante que el de su novio, más bien, casi esposo, no portaba ramo de flores, pero si lo hiciera seguramente nadie lo notaría porque su peinado y su brillante sonrisa opacarían aquellas plantas.
Laura no podía contener sus lágrimas, Dany tampoco lograba hacerlo, parecía que tenían a un ángel frente a ellos. La matriarca de la familia Lawrence estaba tristemente feliz, lo deprimía saber que su hijo soltaría su brazo para tomar la mano de alguien más, pero lo consolaba saber que tenía que pasar eso para que su hijo fuera feliz por el resto de su vida. Después de aquel trago tan amargo que el destino los había hecho vivir no permitiría que su hijo volviera a sentirse triste en su vida.
— Daniel — dijo Laura a su yerno— solo te pido que hagas Johnny feliz a mi hijo, solo eso.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Dany mientras prometía hacer lo que su suegra le pidió y luego tomó la mano de Johnny. Su mano cálida lo hacía recordar que ese mágico momento que estaba pasando definitivamente no era un sueño, observó su rostro con detenimiento, su piel tersa marcada por sus diversos lunares, y sus ojos brillantes lo hacían sentir hipnotizado.
— Eres hermoso — dijo Dany.
— no más que tú — respondió Johnny.
Dicho eso la ceremonia comenzó, parecía lenta y rápida a la vez, no pasaba ni un segundo sin que se mirarán entre ellos mientras esperaban decir sus votos matrimoniales. Un ambiente cálido peor fresco se hacía presente y a pesar de estar bajo la mirada de su familia y amigos ellos solamente sentían que eran los únicos en el planeta.
Entonces llegó el momento.
— Yo, Daniel LaRusso, prometo amarte hasta el infinito, cada día de mi vida, prometo estar contigo en cada segundo, en cada momento bueno y malo, en la enfermedad, en la carencia, en tus sueños y metas, prometo hacerte feliz hasta la eternidad porque te amo — dijo el pelinegro mientras colocaba el brillante anillo de oro en el dedo anular de su pareja.
— Y yo, Johnny Lawrence, prometo amarte cada segundo de mi existencia, seguirte en cada locura que hagas, en cada tristeza y en cada alegría, en cada dificultad que tengamos amor, prometo no dejarte nunca, voy a permanecer a tu lado, nunca te dejaré. Te amo hasta el infinito. — Johnny besó los nudillos de su novio con delicadeza llenando de ternura a los invitados, luego decidió colocar el anillo.
Luego de firmar el acta que los identificaba como una pareja querían besarse, pero no lo hicieron ya que querían tener el placer de hacerlo cuando el juez lo indicara.
Cuando dijo la frase "puede besar al novio" no esperaron no un minuto, ansiaban tocar de esa forma sus labios desde la mañana, estaban ansiosos por hacerlo y probar de nuevo una y otra vez los dulces labios del contrarió.
Un beso suave y lento que los hizo disfrutar a ambos, con el que podían expresarlo todo sin una sola palabra.
Una conexión que solo ellos tenían y era única.
Se dio por terminada la ceremonia en cuanto se separaron y la fiesta comenzó.
El día más feliz de sus vidas por ahora.
Pues puedes pasar muchas cosas con el paso del tiempo y seguramente tendrían días mucho más alegres que el que acaba de vivir.
Pero ahora estaban juntos para hacerlo.
Y es lo que más feliz los hace.
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Con esto finalizo las adaptaciones nos leemos en jueves con el final de Mentiras piadosas.
Gracias de nuevo a la autora por permitirme adaptar su historia y a ustedes que leyeron y comentaron.
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Cure me, Dany (LawRusso) [Adaptación]
Fanfic- ¿Cómo puedo no morir? necesito una respuesta, señor Miyagi. - Daniel es la medicina, Johnny.