Cap 1

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Voy a contaros mi historia, una que aún no está escrito el final por que si no estaría muerta.

Por dónde empiezo pues por el principio, cuando la conocí, por que es nuestra historia y lo de antes no importa, solo desde que Míriam que es así como se llama apareció en mi vida.

Íbamos a quinto cuando la vi por primera vez, el curso ya estaba empezado.

Míriam se mudo a mi barrio, un barrio obreo humilde pero con buena gente y mala como en todos los sitios.

Justamente se mudo enfrente de mi casa.

Yo estaba en mi habitación intentando hacer los deberes, más bien mirando por la ventana, no voy a mentir no era demasiado buena estudiante y no por que no tuviera cabeza que si tenía, eso decían mis profesores pero era una soñadora, me montaba mis historias en mi cabeza y también por mi corta edad aún no sabía que quería hacer con mi vida.

Cómo os iba diciendo miraba por la ventana, con el lápiz en la boca otra de mis manías morderlo, no solo los lapiceros con los bolígrafos también lo hacía y alguna que otra vez terminaba con la boca llena de tinta.

Vale ya se que me estoy enrollando pero tenéis que conocerme un poco por lo menos.

Pues eso miraba por la ventana cuando apareció un camión de la mudanza, y un coche familiar de el salieron un matrimonio y tres hijos dos chicos más mayores y una niña más pequeña por el tamaño deduje más o menos de mi edad.

No les vi la cara, pero me fije en la chica llevaba dos coletas y vestido lo primero que pensé menuda repipi empollona tiene que ser.

Todo lo contrario que a mí vestidos pocos y pelo suelto y revuelto, yo no era de jugar a muñecas  ni a la comba, lo mio era jugar con los chicos montar cabañas y esas cosas, a primera vista e impresión pensé que no seríamos amigas.

Ellos se metieron en su nueva casa y yo segui en lo mío hacer como si estuviera haciendo los deberes hasta que mi madre me llamó para cenar y no tenía ni dos ejercicios hechos hoy me tocarían las tantas matemáticas no era mi fuerte.

Cuando baje a la cocina mi padre había llegado de trabajar y hablan de los nuevos vecinos, yo con la ayuda de mi hermano mayor poníamos la mesa y la oreja en la conversación de mis padres.

-Ya los conoces Pepe?

-Si se incorpora mañana a la plantilla se ve buen hombre, su mujer creo que es enfermera Pepi.

-Que bien me parece que tienen tres hijos.

-Si dos chicos y una enana como Malú.

Le hice mala cara a mi hermano disfrutaba metiéndose conmigo.

-Podrás tener una nueva amiga hija a lo mejor va a tu clase.

-Jajaja amigas Malú no tiene amigas es muy rara.

-Gilipollas!

-Eh dejar de pelear, José haz el favor de dejar a tu hermana.

Así eran mis días con el imbécil de mi hermano, siempre discutiendo peleando y alguna colleja pero no dejaba de ser mi hermano y nos queríamos.

Al día siguiente mi hermano me llevó al colegio en su moto vehículo que me encantaba y en un futuro quería una y de las grandes.

Me despedí de él aún con la adrenalina en el cuerpo, a José le encantaba la velocidad y siempre dábamos una vuelta antes de llegar al cole eso si se eso mis padres ni una palabra.

Me sente con mis amigos en un banco antes de que sonará el timbre y entonces apareció ella caminaba al lado de su madre, llevaba un vestido de flores y en vez de coletas dos trenzas, su mochila a la espalda, miró donde yo estaba sus ojos y los mios contactaron por primera vez, pude ver a través de sus gafas unos ojos verdes preciosos, era muy guapa pero se veía llena de miedo y era normal barrio nuevo y colegio nuevo y si añades que no conoces a nadie y me dio ternura en un principio.

Al entrar a clase cada uno se sento en su sitio habitual ella que aún no sabía cómo se llamaba entró con nuestra tutora se planto en medio de la clase con la niña y la presentó.

-Chicos chicas tenéis nueva compañera se llama Vanesa quiero que la tratéis bien, le enseñis todo, algún voluntario o voluntaria?

Escuche risas el típico yo paso pero yo no podía dejar de mirarla y no se por que levante mi mano, si que lo se ese día me di cuenta que no era rara si no que me gustaban las chicas o por lo menos me gustaba ella y si me cague de miedo.

-Bien Malú, Vanesa siéntate a su lado.

Vanesa se sento en la mesa de mi lado, sonrió y se subió las gafas en su sitio y joder como me podía parecer tan guapa si solo eramos unas crías y yo tampoco me había fijado con ninguna pero tampoco con ningún chico para que mentir.

Este día mi vida cambió por completo. Su cara angelical era perfecta pero cuando escuche su voz mi nombre en su boca me derreti me volví gilipollas.

-Hola Malú, me llamo Vanesa.

Y beso mi mejilla, sus labios por primera vez entraron en contacto con mi piel y mi cuerpo sufrió un escalofrío.

-Tienes frío?

Me pregunto al notar como temblaba.

-No.... No..... Bueno un poco...

No siquiera era capaz de articular dos palabras seguidas sin llegar a tartamudear, Vanesa no lo noto y si noto algo no dijo nada.

Ese día nos volvimos inseparables, no fue fácil al principio ella era muy timida y yo muy lanzada lo que yo no tenía lo tenía ella.

Eramos diferentes y tan iguales, ella era una genio en las matemáticas donde yo no daba pie en bola, con ella los números se hicieron bonitos, lo mío era las letras y el deporte.

Mis padres estaban felices empecé a sacar mejores notas y nunca hubo ningún impedimento para dejarnos estar juntas.

Pasábamos las horas juntas amigas inseparables, su casa la mia y la calle, nada más importaba, las horas con ella eran minutos, el curso pasó volando, llegó el verano en el cual no nos separamos, ellos eran de Galicia, pasé un mes con su familia en tierras gallegas, me enseño su tierra, sus rincones, allí el tiempo era más fresco pero Míriam lo hacía todo perfecto.

El resto del Verano lo pasamos en Sevilla Míriam fue invitada por mis padres, Sevilla era diferente de Galicia, mejor tiempo calor sofocante pero no menos aventuras compartidas, yo también le enseñe mi mundo.

Y luego vuela a Madrid en pocos días volvíamos al colegio donde volveríamos a sentarnos juntas.

A veces quise decirle que me gustaba que me había enamorado de ella, nunca me atreví, nunca fui capaz, no encontraba el momento, más que nada tenía miedo a perderla, eramos unas crías aun y era mejor esperar, contarle era perder nuestra amistad y para mí era más importante por que ya eramos casi hermanas y eso era más importante, el tiempo diría si podría haber algo entre nosotras.




Nueva historia enfocada de diferente manera, de momento es la historia de Malú contada desde su perspectiva, para saber hay que empezar por el principio.

Espero que os guste, no abandoneis el barco antes de tiempo darme una oportunidad 😉.

Pasaré lista os quiero.

Será una historia corta.

Casi hermanas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora