Ya ibamos bastante perjudicadas de alcohol al entrar al local de Boys las ocho, Berta nos fallo a última hora, no se encontraba bien y no pudo venir a la despedida.
En la cena con nuestro gorrito en la cabeza con un pene colgando, un gorro humillante para una bollera como yo, fue una decisión de todas yo vote que no, todas contra una yo perdí, para eso somos un país democrático lo que dice la mayoría va a misa y así voy con mi humillante gorro con pene y las burlas de Míriam que va bastante borracha, tampoco es que haya bebido más que yo pero al no estar acostumbrada le sube más y si encima te pasas con los chupitos.
Así llegamos al local de Boys otro sitio que perdi en las votaciones, que hace una bollera en un sitio lleno de heteras con las hormonas por las nubes buscando la polla más grande humillante.
Míriam estaba emocionada a sus casi treinta años parecia una niña con zapatos nuevos, emocionada y borracha recto lo que es recto ya no caminaba y ya me veía yo haciendo de niñera lo que quedaba de noche, hoy era su día no el mío ya mojaria otro día.
El espectáculo empezaba, todas sentadas a primera fila Míriam agarraba mi mano cada vez que uno Boy se acercaba mucho a ella temblaba de miedo y emoción, claro está que siempre con el mismo y hoy ver estos monumentos, por muy bollera que soy se reconocer a un tío bueno.
Otra cosa que votamos y está vez fue idea mía y ganamos por una unaminidad era que un Boy se sentará encima de ella y la zorreara un poco creo que hacía tiempo que no me reía tanto.
El tío iba vestido con sotana, gafas redondas, se arranco la sotana con los gritos de todas las allí presentes, fue bailando delante de ella, Míriam no sabía donde mirar, los ojos se le salían de las órbitas, temblaba su cuerpo, cuando el Boy se sento encima de ella restregando su miembro por ella y agarro sus manos pasándolas por su cuerpo ahí no pude parar de reír con nuestras amigas, por esto dejó de importarme llevar el humillante gorro.
-Sois unas capullas como habéis podido hacerme esto!
Nos gritaba en la barra del local llena de vasos de chupitos vacíos y llenos.
-Y tu Malú ya me he enterado que fuiste tu la culpable!
-Y perderme tu cara jajaja
-Eres una capulla Malú jajaja.
-Otro chupito!!
Gritaban nuestras amigas, chupito para dentro, Míriam estaba desconocida como libre desde que eramos unas crías no se había montado una fiesta, salir con Raúl hizo que se hiciera una monja y Míriam podía dar más de ella, la conozco y podía ser adulta y niña, me había dado cuenta de que le habían robado parte de su juventud, tener pareja no significaba lo que Míriam tenía no vivir, hoy iba a olvidarme que era su despedida y hacerla feliz a saber cuando volveríamos a repetir iba fiesta como esta.
-Pobre Berta lo que se ha perdido.
-Mira que ponerse mala hoy.
-Con las ganas que tenía.
-Chicas a divertiros quién no está no se encuentra.
Les solté yo, era una Putada que Berta cayera enferma un día como hoy, debíamos divertirnos.
Luego de la sala de Boys nos montamos en la furgoneta que habíamos alquilado dirección a una discoteca de moda de Madrid.
En la furgoneta teníamos de todo para beber en una nevera portátil, nos servimos un cubata música a todo volomen y a la discoteca.
Allí dentro estaba plagado de gente, iba a ser difícil no perdernos, agarre la mano de Míriam y nos adentramos dentro directas a la primera barra menos abarrotada.
Todas sabían cuidarse pero a Míriam y con el estado del cual se encontraba no pensaba quitarle el ojo de encima.
No tardamos en perdernos mucha gente, al salir a la pista a bailar fuimos perdiendonos.
Míriam y yo seguíamos en la barra bebiendo e intentando hablar, entre la música y su voz que se liaba ella misma hablando, intentába decirme algo sin llegar a comprender hasta que tiro de mi a la pista, Miriam quería bailar a ella se le daba de miedo lo de bailar a mi no tanto, no me gustaba más bien no era lo mío, yo de fiesta bebia y me liaba en los baños hoy solo bebia y me iba a tocar bailar.
Los ojos se me iban al cuerpo de Míriam, el corazón latía a toda prisa cada vez que su trasero tocaba alguna parte de mi cuerpo, sudaba y era por su culpa no por el calor que hacía que si que lo hacía y ya cuando se agarro a mi, sus brazos rodeando mi cuello y su aliento allí mio creo que las bragas me calleron al suelo.
Más cuando me susurro, lo tubo que repetir varias veces por que su voz trabada era bastante inteligible.
-Ahí..... Tienes... Una tía.... No para de.... Mirarte....
Mire un poco y era verdad, en ese momento solo existíamos las dos, hoy no quería un polvo con una desconocida hoy solo quería besarla y no se que me pasó por mi cabeza me acerque a sus labios sin tocarlos solo rozarlos, bebiendo su aire esperando un empujón de su parte una bofetada o algo, se notaba que moria por besarla.
-Vas a besarme ya..... Yo no voy hacelo quiero probar tus labios....
Y lo juro perdí mi poca cordura en mitad de la pista abarrotada de gente me lance a sus labios cerro los ojos cerré los míos y nos dejamos llevar, un beso dulce como nunca antes lo había dado, todas esas mariposas que dicen y hay revoloteaban a la vez, fue el mejor beso de mi vida y mira que tengo a mis espaldas.
Un empujón nos separó de golpe y Míriam se puso a bailar como una loca como si ese beso no hubiera pasado hasta llegue a dudar si había soñado despierta, pero su sabor se había incrustado dentro de mi ser.
Fueron pasando la noche como si nada, seguimos bailando riendo bebiendo hasta que la discoteca cerraba.
Nos reunimos todas en la furgó, fueron cayendo todas dormidas Míriam con su cabeza en mi hombro todas muertas menos yo que seguía recordando el beso no cualquier beso, el beso con Míriam, seguramente ella ni se acordaría.
Fuimos dejando a cada una en su casa, Míriam quería ir a la que iban a compartir con Raúl darle una sorpresa a su futoro marido y sobre todo follar.
-Te acompaño hasta la puerta que con el pedo que me llevas te equivocas de piso y de novio.
-No voy tan borracha..... Idiota.
-Si lo que tu digas.
Le dije al chófer que esperara unos minutos y no me equivoque si no llegó a ir duerme en el portal, la acompañe hasta el ascensor le aprete el tercero y me fui con el mal sabor de boca por lo fácil que había olvidado el beso.
Al subir a la furgó me di cuenta de un detalle, el coche de Berta aparcado en el mismo portal, y no se por que algo me vino a la cabeza.
-Para para!!
-No me espere cogeré un taxi!!
Baje de la furgó corriendo hasta el portal de Míriam por suerte seguía abierto, subí las escaleras de dos en dos rezando haberme equivocado.
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Casi hermanas
FanfictionMalú y Míriam se conocen desde la infancia, entre ellas surge desde un principio una unión como si fueran hermanas las dos profesoras de instituto una enamorada de la otra en silencio, la otra hetero y con novio