Cap 4

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Estaba muy nerviosa para que negarlo, habíamos quedado en su habitación de la universidad, Raúl es como se llama el chaval ya tenía los veinte a los dieciocho de nosotras, el tío era guapo era algo que no se podía negar, músculos se notaba que lo suyo era el deporte.

Después de las presentaciones fumamos y bebimos, estaba bastante colocada para poder tirarme a ese tío.

No fue mi mejor experiencia, por suerte al ir emporrados tampoco fue demasiado satisfactoria para ninguno de los tres, pero tenía claro que no pensaba repetir, cogí mis cosas y me largue dejando aquellos dos sobados en su cama.

Mi habitación que compartia con Míriam estaba en otra ala, llegué como pude, esperando que no hubiera nadie en el cuarto, no tuve suerte, Míriam ya estaba levantada incando los codos en los libros.

Agaché la cabeza al pasar a su lado rezando no ser vista por ella como si fuera imvisible, que ilusa fui.

Míriam se levantó y agarro mi brazo.

-Donde crees que vas?

-A la cama Míriam necesito dormir.

-Dormir?Lo que necesitas es una ducha apuestas a alcohol y porros, madre mía Malú.

Ahora entraba la Miriam madre protectora de todos los débiles.

-Primero te vas a meter en la ducha luego vas a desayunar algo y después hablaremos tu y yo seriamente.

-No me apetece ninguna de las tres cosas, solo mi  cama.

-Tu cama va a tener que esperar o te metes tu sola debajo del agua o lo hago yo.

-No tengo opción?

-No tienes Malú.

Resople fui a mi habitación cogí un pijama fui al baño seguida con la atenta mirada de Míriam.

-Por que me sigues no te fías o que?

-Pues no.

-Podrías salir un poco de intimidad.

-Vamos Malú te he visto desnuda más veces que tus amantes y mira que es.

Empecé a desnudarme Míriam encendió el agua para que saliera caliente y me metí debajo y si Míriam tenía razón me hacía falta una ducha.

-Mientras terminas voy a bajar a la cafetería a por algo para desayunar.

Me entretuve bastante debajo del agua , cuando salí me seque y puse el pijama, Míriam ya había vuelto y puesto la mesa desayuno para las dos.

-Siéntate y come.

Me ordenó la sargento Míriam.

-No tengo hambre.

-Te lo doy a la boca?

-Joder Míriam me tratas como una niña.

-Si no quieres que te trate como una niña portate como una adulta y no me vengas con el que eres joven y tienes que divertirte, te estás jugando tu futuro Malú.

Rodé los ojos, me sente que remedio me quedaba, desayunamos en silencio Míriam no dijo nada hasta que no me termine el último bocado e intente huir a mi cama.

-No te muevas de ahí, me vas a contar de donde vienes?

-Pareces mi Madre Míriam...

-Tu madre no pero tu hermana si y tu voz de la conciencia eso sí que soy así que cuenta de donde vienes y con quién?

-Con Ana he estado con Ana.

-Fumando y bebiendo?

-También hemos follado Míriam.

Casi hermanas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora