Nopuedo controlarme Una cosa es segura No juego el juego...♡
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- Jeon Jungkook le encantaba dibujar, era un talento divino que no quería demostrárselo a nadie, ni a su propia madre.
-El hacía dibujos muy buenos de hecho, pero, no era los típicos dibujos que todos conocemos. Los dibujos artísticos, los dibujos urbanísticos o seguramente los abstractos.
-No sabía en qué tipo de dibujos estaba su estilo, pero al fin, dibujaba a personas muertas, mejor dicho, a sus víctimas.
-Tu, la persona que está leyendo esto seguramente esta demasiado confundido con esto, pero que creías, es Jeon Jungkook, chico que no sabían que podía ser un desquiciado, acosador o un psicópata.
- A decir verdad Jungkook no parecía eso por fuera, pues su físico lo hacía ver alguien tierno, el chico perfecto que pasaba por ti en su auto rojo chevrolet chevelle ss para ir a una cafetería a comer a un helado de chocolate a las 8:00 de la noche.
- Podía aparentar esa máscara que engañaba a todos, a veces pensaba en como sería la reacción de la gente que lo veía como un pan de Dios al darse cuenta que era el tipo de gente que más les desagradaba.
- A Jungkook no le importaba en los más mínimo lo que pensaban de el, ni en lo absoluto.
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- Hoseok seguía trabajando en la cafetería, le había tocado el turno de la noche con la hija de la señora Im, Nayeon, su mejor amiga y consejera.
- A decir verdad, le aterraba salir en altas horas de la noche, pero estaba Nayeon, esa chica era muy valiente, si algunos de sus amigos les pasaba algo no dudaría en clavarte un compás en la clavícula, igual que su madre era la bella chica, creo que aquel refrán les quedaba demasiado bien, de tal palo tal astilla.
- Fue hacia la cocina para dejar los platos sucios en el fregadero y decirles a los cocineros las nuevas ordenes de los clientes que venían.
- Cuando fue a dejar los platos vio hacia la ventana que daba a la universidad que quedaba frente de la cafetería.
