Capítulo 2.

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-pam pam parambam- tatareo la canción que indudaba mis oídos gracias a los audífonos que tenía.

Sostenía mi mp4 que contenía algunas de las canciones que me gustaba escuchar en el camino de la escuela a mi casa. Las canciones que estaban presentes todos los días en mis recorridos, y en algunas noches cuando no podía dormir.

-¿que escuchas?- una voz entra por mi espalda. Sabía que era Yamaguchi, ya que nadie tenía el valor de acercarse a mí.

-lo de siempre-le muestro el aparato con el título de la presentación.

-¿"hey ya" de OutKast otra vez? No has dejado de escucharla desde que te la recomendé.

-Es buena, no creí que tuvieras buen gusto musical.

Este oculta su sonrojo con su mano. El se sonroja cada vez que le doy un cumplido, aunque sea algo tan pequeño, siempre reacciona avergonzado.

Lo ignoro y camino hacia el salón.

-¿a dónde vas?- me sigue

-tenemos clase.

No dice nada y camina a mi lado tratando de seguirme el paso. A veces cuando caminamos el empieza a contar cosas que ha visto o que le han pasado, el recorrido era corto para que me contara algo, pero sabía que al llegar al salón se soltaria a contar muchas cosas.

A penas me siento y el predecible de Yamaguchi empieza a hablar.

-te tengo otra canción que te podría gustar- el espera que le muestre interés.

-no me importa.

-Es mejor que la anterior- saca su celular que tenían unos audífonos conectados -ten- extiende el audífono.

Lo tomo por compromiso, y el reproduce el audio. No dejaba de mirarme para ver mi reacción.

"so tell me when you're gonna let me in, I'm getting tired, and I need some where to begin"
Era la frase que no salía de mi cabeza.

La canción terminó, no tuve que pedírsela ya que el la anotó en una nota adhesiva.

"somewhere only we know" de Keane.

El se volteó a su lugar y la clase empezó. No dejaba de tararear la canción, y eso hacía que no me concentrara.

Acostumbraba a verle la nuca y el pelo a Yamaguchi. Lo tiene castaño y al lado de la ventana el sol ayudaba a aclarar su pelo. En su nuca se apreciaban dos o tres lunares acompañados de pecas, su piel aperlada hacía que mis ojos no se despegaran.

A veces se quedaba dormido, y me daba la tarea de despertarlo con un pellizco. Me parecía gracioso las reacciones que hacía de asustado.

Tadashi es tan simple, le gusta el color verde, la navidad, el helado de vainilla y las chispas de chocolate. Puede ser una persona simple, pero sus sentimientos se hieren con facilidad, en cambio yo no soy así, porque de hecho no estoy seguro si en el fondo de mi corazón frío todavía hay signos de sentimientos.

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-Mira Tsuki- Yamaguchi me enseña una catarina que se encontró en el patio. Lo ignoro porque no me gustan los insectos.

-ey no la ignores- Las quejas de Yamaguchi eran frecuentes, no sé si era un intento de hacerme más humano.

-vamos al entrenamiento- digo ecuánime.

El me sigue y entramos al gimnasio, dejamos las cosas en la orilla y me puse a calentar, el copió mis movimientos.

-¿te gustaría que te ignoraran?- de verdad Yamaguchi parece encontrar tema de conversación en todos lados.

-no es como que no lo hicieran ahora.

-nadie te ignora, tu alejas gente.

-Es porque no quiero relacionarme con personas- confieso

-¿y yo?- sus ojos se iluminaron

-a ti apenas te soporto.

Decayeron sus ojos, parecía decepcionado por mi respuesta; veo mi error, siento que fui muy duro al decirlo así, cuando no era mi intención.

-pero me caes un poco bien, supongo- intento arreglar las cosas. El sonríe, mi respuesta lo dejó satisfecho, como si hubiera sido un logro.

-bien chicos, pónganse en el centro de la cancha vamos a comenzar- dice el profesor Ukai.

Me levantó y lo veo en el suelo, le extiendo la mano y el la toma de apoyo para levantarse.

Después de todo es el único amigo que tengo, debería considerar aunque sea un poco mi manera de hablar. No creo ser tan frío como para permitirme verlo llorar por mí.

Todo lo que pudimos ser. (Tsukishima x Yamaguchi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora