Colección de one-shot's del Fictober organizado por la página de facebook Es de fanfics.
Contenido homosexual/gay.
Yaoi/Boys Love/ ChicoxChico.
Shipps:
- Mikaela Hyakuya x Yuuichirou Hyakuya (Owari no Seraph).
- Katsuki Bakugou x Izuku Midoriya (B...
Traducción: "Slow dancing" se refiere a baile lento.
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En el festival escolar en que participó la clase A con el objetivo de hacer sonreír a Eri, también hubo otras bandas. Entre ellas, una que redecoró el lugar en un segundo para darle un toque romántico al estilo baile americano. De esos en los que todos van en parejas y se toman un montón de fotos para recordarlo. El ambiente era muy ameno y divertido.
Excepto por Izuku, que estaba sentado en una esquina, descansando. No sabía bailar tampoco, así que prefería estar allí y observar. Tampoco estaba tan mal. Además, nadie le había invitado y tampoco sentía ganas de invitar a nadie.
Había platicado un poco con Mirio antes de que este entregara una dormida Eri a Nejire y se fuese a bailar con Tamaki. Resultaron siendo una pareja un poco inesperada, pero tierna.
De repente apareció una mano en frente suyo y lo sacó de sus pensamientos. Tardó unos segundos en procesar de quien venía y al darse cuenta, se sonrojó. Era Katsuki.
—¿M-Me estás pidiendo bailar...?
—No, te estoy pidiendo que te pares y te sientes en otro lado, idiota —gruñó sarcástico—. Ya, párate.
—Ah... Pero yo no sé...
—Lo sé. Vamos.
Se sintió avergonzado por su insistencia y estiró tímidamente su mano, la cual fue bien recibida por la de su amigo de la infancia. Se sentía cálida.
Él le arrastró unos cuantos pasos hasta la pista, y ya ahí, con su mano libre sujetó su cintura.
—Tu otra mano va en mi hombro, nerd —explicó apacible.
Sonrojado, obedeció. Se sentía como si fuesen una pareja o algo.
—Muévete conmigo —pidió el rubio acercando un poco su cuerpo hasta estar a una distancia de unos cinco centímetros—. Un paso atrás y otro adelante, es imposible que no puedas hacer eso.
Y de pronto estaba bailando lento. Así como Katsuki había dicho, era fácil. Aunque pensó que era así de sencillo por la razón de que era él de quien se trataba. Se dejó llevar y recostó su cabeza en la parte alta de su pecho, justo antes de su hombro.
Oyó latir el corazón del rubio. Sonaba presuroso. Se sintió avergonzado de repente. Quiso alejarse, pero entonces él soltó su mano, la que sostenía la suya y la puso en su cintura también. Por reflejo, terminó poniéndola en el hombro ajeno, casi rodeándolo.
Ahora se sentía como si fueran una pareja de verdad. El sonrojo en sus mejillas pecosas persistía, pero también el bonito sentir en su pecho. Lo estrechó un poco más.
Bailaron por un rato largo, ya que era una canción larga y aún sino lo fuera, no estaba seguro de poder separarse de él sin más. Estaba demasiado cómodo y avergonzado para eso. Nunca pensó que podría sentirse así de bien el estar en sus brazos. Es decir, siempre habían sido amigos a su manera, pero un abrazo de ese tipo nunca sucedió cuando fueron conscientes de sí mismos.
El corazón de Katsuki en su oído, latiendo a una melodía rápida, hacía que el suyo lo imitase. Era una sensación extraña.
De pronto oyó cuchicheos y prestó atención a ellos. Eran los estudiantes a su alrededor que hablaban de ellos. Decían que cómo era posible que estuvieran así de cerca cuando Katsuki era un otro explosivo y que él era muy tonto o muy despreocupado. Empezó a molestarse.
—Déjalos hablar —murmuró el ojirubí cerca de su oreja. Le pasó un escalofrío—. No te preocupes.
Decidió hacerle caso; se sentía embelesado con el ambiente entre ellos. Separó su rostro de su pecho, pero como estaba rodeándolo con sus brazos, sus caras quedaron muy cerca. Pudo notar un leve sonrojo en el rubio.
Sintió el loco impulso de besarlo y justo cuando se estaba debatiendo en si debería hacerlo o no, tocaron su hombro. Era Uraraka.
—¿Eh? —soltó sorprendido. Katsuki detuvo sus movimientos y aflojó el agarre de su cintura—. E-Estoy bailando con Kacchan.
—Oh, sí, pero... ¿solo un rato? —insistió ella.
Iba a negarse, sin embargo, las manos del rubio dejaron su cintura y tomaron las suyas para bajarlas de sus hombros. Se sintió descolocado, así que lo miró.
—Está bien, baila con ella —dijo. Parecía tranquilo, aunque su cara era muy seria. Soltó suavemente sus manos.
Y después de eso, le vio deslizarse por el salón hasta salir. Antes de irse, le dio una mirada que no supo interpretar. Era triste, pero también molesta. No supo que sentir. Así que ahora bailaba con la castaña y acabó pisándola sin querer en varias ocasiones.
Uraraka era amable, así que no se enojaba, pero llegó a cansarse y le dijo que bailaría con alguien más. Se arrepintió mucho de haber dejado ir al rubio. Quería seguir bailando un poco más con él.
El pensamiento impulsivo que tuvo antes llenó su cabeza y su cara se tornó roja de cuenta nueva.
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Ya me hacía falta poner uno que no acabase bonito ahre