Flufftober 2021

Día 10: Drunk confession

Antes de leer...

Traducción: Se refiere a una confesión de sentimientos estando ebrio.

Para navidad, los estudiantes de la clase A de Yuuei se quedaron en los dormitorios para celebrar. Fue divertido tener una fiesta. Todos participaron en ella, ayudaron cocinando, limpiando, decorando o envolviendo regalos.

Fue una velada llena de alegría y mucha emoción. Y cuando Aizawa, Mirio, Eri y los demás invitados se fueron, Mineta y Sero se aprovecharon de ello para ponerle alcohol al ponche.

En el momento en que iban a empezar el intercambio de regalos, todos tomaron un poco. Aunque Sero y Mineta se encargaron de poner un tanto más de alcohol dentro de los vasos de aquellos a quienes consideraban "pesos pesados". Como por ejemplo, Todoroki, Bakugou, Shouji, Tokoyami, Tsuyu o Ashido. Ah y claro, Iida, para que no se enojara.

Al cabo de unos minutos, ya habían sonrojos en las mejillas de la mayoría de los estudiantes.

—Empecemos con el intercambio, chicos —pidió Momo. Se sentía un poco mareada y con la lengua pesada.

Fue muy divertido ver a todos tratando de actuar con naturalidad cuando había alcohol en sus sistemas. Pero definitivamente casi se les desencaja la mandíbula de la sorpresa al ver como Izuku se recostaba casualmente en el regazo de Katsuki y este, en lugar de enojarse como normalmente haría, acariciaba su cabello.

Sero se encargó especialmente de grabarlos. Luego se los mostraría y se reiría de ellos.

—Kacchan —llamó un sonrojado pecoso. Se sentía desorientado y mareado.

—¿Hm? —contestó. Él estaba ebrio por completo. Sentía su cuerpo pesado.

—Te amo —rió emocionado. Su sonrisa era brillante y fue acompañada de una caricia al rostro ajeno.

Aunque aquello habría sido para poner de piedra a cualquiera, como todos estaban demasiado ocupados estando ebrios, nadie estaba prestándoles atención más que Sero y Mineta, que se miraban uno al otro incrédulos.

La sonrisa de Izuku era de genuina alegría al decir aquello, así que definitivamente no estaba mintiendo. Entonces Bakugou hizo algo que no pensaron que haría: se inclinó y le robó un beso.

—¿V-V-Viste eso...? —susurró Sero, lleno de sorpresa y sin dejar de ver la cámara.

—S-Sí... —contestó Mineta—. ¿L-Lo grabaste...?

—Sí...

Allí estaban aquellos dos amigos de infancia, que tantos embrollos y problemas habían pasado, besándose. La sorpresa que sentían no podía ser mayor, o al menos eso creían, porque cuando el rubio se alejó un poco, lo que salió de sus labios fue la mayor de todas las sorpresas que ya habían tenido en esa noche.

—Yo te amo más, Deku —había murmurado, pero fue tan claro que podían leerse sus labios desde la distancia.

Estuvieron un rato más hablando allí en el sofá, y después, Katsuki se lo llevó a su habitación y no supieron nada de ellos hasta el otro día.