BECDSS [QT] ✔

3.6

Su voz.

Se extiende desde la oreja hasta el cerebro, flotando como nubes de humo y fuego perdidas.

Pero explota en el pecho.

La más suave de las armas, que destruye poderosamente la capacidad de pensar y hablar.

Xu Qichen se apartó suavemente de su hombro, mirándole a los ojos, como si esperara la respuesta de Song Yuanyan, aunque sentía que no importaba si esa respuesta estaba ahí o no.

Sin saber quién le había contagiado su mal hábito, miró a Song Yuanyan, que se quedó en silencio, y de repente Xu Qichen se sintió tentado a seguir con sus malas intenciones.

Puso el bastón entre los codos y subió por su pecho con ambas manos, pellizcando los botones que había arrancado deliberadamente y ayudándole a abrocharlos uno a uno.

Sus ojos estaban abatidos y su voz era suave: "No dices nada, ¿no te gusta?".

No sé por qué, pero el acto de atar los botones era incluso más seductor que desvestirse.

Probablemente estaba mareado.

Una mano agarró la de Xu Qichen.

"Me gusta ...... ¡tos tos! Tos, tos". Quizás estaba demasiado nervioso, o quizás el tiempo era demasiado frío, y no podía dejar de toser nada más abrir la boca.

Cómo no se puede parar.

Xu Qichen no pudo evitar reírse y devolvió el abrigo que se había puesto encima a su legítimo dueño.

Song Yuanyan se sintió muy humillado, en un momento así debería haber inmovilizado al hombre que tenía delante contra la pared y besarlo con fuerza, pero tosió hasta que su cara se puso roja por el nerviosismo.

"¡Yo ...... tos! Tos, tos, tos".

Xu Qichen le tendió el abrigo y le rodeó la espalda por debajo de él, completando su primer abrazo.

"Lo sé". Acariciando suavemente su espalda, uno a uno, "lo sé".

Un abrazo era el mejor calmante.

Song YuanYan, que dejó de toser lentamente, enterró su cabeza en el recoveco del cuello de Xu Qichen, oliendo su propio aroma de él con una sutil sensación de satisfacción, y no pudo evitar dejar escapar un agradable suspiro.

"Sabes que todavía tengo que decirlo también". Besó el pulso suavemente palpitante en el lado del cuello de Xu Qichen, "Me gustas".

Aunque sabía la respuesta en su corazón, el corazón de Xu Qichen todavía sintió un cosquilleo cuando lo oyó decir.

Como si recordara algo, Song Yuanyan, que estaba inmerso en el abrazo, levantó de repente la cabeza: "¿Y tú?".

Xu Qichen inclinó la cabeza, "¿Yo?"

"No has dicho si te gusto o no".

Al ver que la persona que tenía delante era tan infantil que parecía un niño competitivo, Xu Qichen contuvo la risa: "Si no me gustas, ¿por qué debería besarte?".

Song YuanYan seguía tratando de ser valiente, "Entonces tal vez fue un beso de cortesía ......".

Xu Qichen fingió estar enfadado y pellizcó la barbilla de Song YuanYan con fuerza: "¿Así que también tuviste este tipo de beso ritual con otros?".

Song Yuanyan se apresuró a explicar: "¡No! No lo hice, me refiero a esos extranjeros, se abrazan cuando se encuentran, y a los franceses les gusta incluso besarse, es su etiqueta".