Capitulo 6

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— Vete.

— Es mi último aviso, cara de ángel. Dentro de tres minutos nos vamos.

JiMin abrió los ojos lo justo como para echarle una ojeada al reloj y ver que eran las cinco de la madrugada.
No pensaba ir a ninguna parte a esas horas, así que se acurrucó aún más bajo las mantas y volvió a dormirse. Lo siguiente que supo fue que JungKook lo tomaba en brazos.

— ¡Hey! —gritó.— ¿Qué haces?

Sin decir ni una palabra, JungKook lo sacó al gélido aire matutino, lo metió dentro de la cabina de la camioneta y dio un portazo.
La fría tapicería de vinilo contra sus piernas desnudas espabiló a JiMin de golpe y le hizo recordar que sólo llevaba puesto una camiseta y un diminuto bóxer azul.
El pelinegro subió por el otro lado y unos instantes más tarde abandonaban el lugar.

— ¿Cómo has podido? ¡Sólo son las cinco de la mañana! ¡Nadie se levanta tan temprano!

— Nosotros sí. Tenemos que ir a Carolina del Norte.

JungKook parecía bien despierto. Se había afeitado y se había puesto unos vaqueros y una camisa roja. Deslizó la mirada por las piernas desnudas de JiMin.

— Espero que a la próxima vez te levantes cuando te lo diga —mencionó el pelinegro.

— ¡No estoy vestido! Tienes que dejarme tomar ropa. Y necesito maquillaje. ¡Mi pelo...! ¡Tengo que lavarme los dientes!

JungKook metió la mano en su bolsillo y sacó un aplastado paquete de chicles. JiMin se lo arrebató, sacó dos y se los metió en la boca.
Volvió a recordar los acontecimientos de la noche anterior. Escudriñó la cara de JungKook buscando algún rastro de resentimiento, pero no lo encontró. Estaba demasiado cansado y deprimido para volver a discutir, pero si no le replicaba, parecería que se había rendido y que hacía lo que él quería.

— Va ha ser duro para mí quedarme aquí después de lo que sucedió anoche.

— No te iba a resultar fácil de todas maneras.

— Soy tu esposo —dijo JiMin con voz de queda—, y también tengo mi orgullo. Anoche me humillaste delante de todo el mundo y no me lo merecía.

JungKook no dijo nada y, si no hubiera sido por la manera en que frunció los labios, JiMin habría pensado que no lo había oído. Se sacó el chicle de la boca y lo guardó en el envoltorio.

— Por favor, para y déjame tomar mis cosas.

— Deberías haberlo hecho antes.

— Estaba dormido.

— Te avisé.

— Eres un robot. ¿Acaso no tienes sentimientos?

JiMin tiró del bajo de la camiseta para taparse todo lo posible.

JungKook bajó la mirada a los desnudos muslos de JiMin.

— Oh, claro que tengo sentimientos. Pero no creo que sean los que tú quieres.

JiMin siguió intentando bajarse la camiseta.

Aprendiendo Amarte [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora