Jake & Henry - 7º Capitulo Especial

6 Comando rescate a Piolín

Henry entró junto a Chris en la mejor joyería de la capital.

—Qué emoción—dijo Chris eufórico. — ¿Quién me iba a decir aquel día que os conocí que años después te ayudaría a escoger su anillo?

—¿Quién me diría a mí que un día querría comprar un anillo de compromiso para Rivers? — preguntó Henry aun alucinado porque hubiera decidido dar el paso con Jake.

—Si yo hubiera estado en ese instituto, yo te hubiera dicho que lo que te pasaba es que querías meterte a ese moreno en el cuerpo.

Henry pasó por alto el comentario grosero de Chris, y se limitó a bufar.

—No se me notaba nada— dijo con orgullo.

—No te lo notaban los obtusos de Chace y los Waste—replicó Chris.

Henry entrecerró sus ojos.

—Mi hermana tampoco.

Y su hermana era la persona más avispada del mundo, incluso más que Chris.

—Estaba en plena adolescencia, no ven más allá de su crush momentáneo— le explicó su amigo.

Que casualmente era el mismo que el mío, pensó Henry.

—Si tú supieras...—resopló pensando en aquella época que quedaba ya tan lejos.

A raíz de haber decidido que le pediría a Jake que se casara con él rememorando todo lo que habían vivido en el pasado, había estado recordando cada detalle de aquellos días. Y a veces parecía olvidar lo loca que estaba su hermana pequeña por Jake.

—Ya lo sé— dijo de pronto Chris.

Henry, que se había ausentado en sus pensamientos unos segundos, giró repentinamente la cara hacia él.

—¿El qué sabes?

—Que era Jake—contestó Chris como si tal cosa.

El rubio le miró de hito a hito. ¿Se lo habría contado Jake? No, él jamás haría eso. Claire por supuesto que no, era un tema que había decidido no volver a sacar. Y Henry no recordaba absolutamente nada que hubiera dicho que pudiera hacer pensar eso a Chris.

—¿Y cómo sabes tú eso?

—Ya te lo he dicho. Yo os hubiera descubierto a todos. Conmigo en ese instituto la historia hubiera durado dos páginas.

—O la hubieras liado más— dijo entre dientes.

Los dos se acercaron al mostrador, y enseguida el dependiente trajeado, con una placa dónde decía Reginald, se acercó a ellos.

—Buenas tardes, ¿puedo ayudarles?

—Buscaba un anillo de compromiso—respondió Henry.

—Perfecto—El tipo sonrió ampliamente, tomando de debajo del cristal una lámina con impresionantes anillos de diamantes. Pero por supuesto, eran anillos para mujer — Aquí tenemos...

Henry se apresuró a detenerle.

—Antes que nada, es para un hombre.

—Oh—soltó el dependiente. — Entonces, guardamos estos.

Y se marchó hacia el otro lado del mostrador.

—Buenos reflejos— le susurró Chris.

El hombre llegó de nuevo con otro surtido de anillos, y sí, aquella vez eran los que Henry estaban buscando.