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11. Cállese.

—Fake Loveeee —tarareó Jimin con el plumero en mano.

—Callate, Jimin. Que no me deja escuchar al otro Jimin —le dijo Ilenia.

Ante esa lógica reclamación, Jimin se quedó mirándola sin encontrar una manera de argumentar, y siguió limpiando la mesita de la tele en silencio y renegón por haber sido regañado por cantar su propia parte de la canción. ¿¡Qué rayos!? Ese bebía ser el colmo.

—Lo que faltaba, que me manden a callar así. No hay respeto, no hay temor a Dios —murmuró de mala gana.

Lana estaba en medio de una afanada labor con el haragán hasta que alguien empezó a bailar encima de un charco de agua.

—Hobi... querido.... ¡Oiga amigo, oiga! —pero Hoseok no le hacía caso— ¡Jung, deja de moverte como loco que estoy limpiando HIJO DE...! —carraspeó, por un momento se le salieron un par de demonios—. Tu respetuosa y querida madre que no tiene la culpa —siguió limpiando.

Por si no se notaba lo suficiente, aquel era un día de limpieza. Hacía un par de horas que habían comenzado pero por alguna razón todos se quedaban por un rato viendo los mv de BTS que Ilenia había puesto en vez de hacer sus tareas asignadas, incluídos por supuesto los propios BTS.

—A ver, yo entiendo que ustedes cantan. Me encanta. Yo admiro mucho el talento musical. Pero estoy intentando apreciar el vídeo sin que me canten en la cara. Digo, si no es demasiado pedir —les dijo Ilenia mientras limpiaba con cepillo el sofá.

Los chicos se alzaron de hombros, cantar algunas estrofas de sus canciones era algo que les salía casi en automático. Pero aceptaron, regresando a la tremenda tarea de limpieza que tenían por delante. Ilenia volvió a poner la reproducción de vídeos musicales y cada quien regresó a sus actividades.

Isabella, a quien correspondió el lavado de la ropa en la lavadora y estaba en el cuarto de lavado de la casa, pasó un momento para dejar la ropa limpia en las habitaciones y se quedó mirando la televisión con la cesta aún en sus manos delgadas y delicadas.

—¡Waaa! Esto es asombroso —murmuró en voz alta mirando el mv.

Yoongi, después de sacudir la repisa de libros por quinta vez con aburrimiento, se acercó.

—¿Qué cosa es asombrosa?

Estaba interesado debido a la cara tan peculiar de Isa. ¿Acaso habían dado algún mensaje escondido en el vídeo y él no sabía?

—Primera vez en mi vida que veo un gato rapeando —dijo con tono de asombro y admiración.

—¡Agh, de nuevo con eso! Para ya, niña—Yoongi le agitó el plumero en la cara.

Aunque no podía negar que esa broma ya le hacía un poco de gracia a estas alturas. Isa se rió.

—Nah. Mentira. En realidad te ves muy bien.

Él sonrió y asintió con cierto orgullo.

—Gracias —respondió con un toquecito de ego.

Lana pasó entre ellos con el haragán.

—Permiso, quiten.

Yoongi casi se cae al sofá.

—¿Dónde está Kim Namjoon? —preguntó—. ¡Aquí nadie se libra de los quehaceres, no importa que sea el líder de BTS!

—Pero si estoy aquí... Achuuuu —dijo Namjoon limpiando las ventanas de la parte de la cocina, interrumpido por un fuerte estornudo.

—¡Anda! Salud, líder. Lo decía en broma —le dijo Lana amablemente y le dió un pañuelo.