Ghost of You || Kim Namjoon

10.

Nath's POV.

—¿Ahora que recuerdo veremos? —le pregunté al abuelo después de haber estado sentados en la banca, donde lo había encontrado.

Llevábamos buen rato ahí admirando solamente el horizonte y el abuelo no había pronunciado ninguna palabra desde que habíamos vuelto al gran campo verde.

—¿Recuerdas el día que morí? —preguntó curioso mirándome fijamente y eso hacía que me pusiera nerviosa.

—¿Sabes que es de mala educación responder con una pregunta? —dije burlona, tratando de evitar responder a su pregunta.

—Tú lo acabas de hacer —levantó una ceja.

Sin saber que responder solo le saqué la lengua y él sólo rodó los ojos divertidos.

—¿Entonces...? ¿Lo recuerdas? —insistió.

—Claro que lo recuerdo, Jojo —dije triste recordando aquel día que mamá me había dicho que fuera al hospital —. Fue hace 3 meses y todavía no me acostumbro a la idea de no tenerte cerca —confesé con lágrimas acumulándose en mis ojos, miré hacia otro lado para intentar detenerlas.

Joseph tenía la mirada triste, tomó mi mano derecha y la acurrucó entre las suyas.

—Pero hay algo más, corazón.

—¿A qué te refieres? —le pregunté confundida, aunque sabía perfectamente a lo que se refería, pero yo simplemente decidía negarlo y no pensar en eso.

—Tienes un remordimiento muy grande —me dijo y el corazón comenzó a latir más rápido, él también lo sabía perfectamente.

—No sé de qué estás hablando, Jo.

—Sabes perfectamente sobre lo que estoy hablando.

—No quiero hablar de eso —dije negándome a platicar con él sobre ese tema.

—Si no hablas de esto, no podrás regresar —insistió y dejé de respirar por unos momentos.

—Tal vez no quiera regresar —hablé sin pensar, Joseph se quedó callado y se acercó más a mí.

—¿Y por qué no quieres regresar? —preguntó y ahí fue en donde me di cuenta todo lo que pasaba y todo lo que sentía, lo que jamás dije respecto a cómo me sentía y de lo insistente que había sido Joonie para que me abriera con él.

—Porque no quiero perderte de nuevo —mis ojos se cristalizaron y las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas uniéndose con mis labios temblorosos, la voz se me cortó.

—No vas a perderme de nuevo, mi pequeña. Siempre estaré a tu lado —me tomó entre sus brazos, recargué la cabeza en su pecho y dejé que mi llanto se liberara.

—El remordimiento es porque no pude despedirme de ti, abuelo —confesé contra su pecho, por un momento pensé que no había entendido lo que dije, pero él me abrazó más fuerte y susurró un "lo sé" acariciando mi espalda.

—No tienes que sentirte culpable por eso —trató de calmarme.

—No pude decirte adiós y eso me remuerde la conciencia. Me dijeron que estabas grave y no tuve las agallas de ir al hospital, simplemente no podía ver como morías —dije separándome de él y me levante de la banca para caminar, eso me relajaba bastante —. Me quedé en el trabajo ese día, ¿qué clase de nieta soy? Ni si quiera pude ir a despedirme de ti y merezco todo lo que está ocurriendo —empecé a exaltarme y a llorar mientras hablaba.

—Eres la nieta más sensible que tengo y eso no tiene nada de malo, pequeña. Tu hermano tampoco pudo despedirse de mí y él no tiene ese remordimiento como tú.