Suna

Capítulo 10 "Firem vs Itachi una pelea que ni los dioses se quisieron perder"

Narración general

Firem y su ejército habían vuelto a Suna.

Igual que las veces anteriores, fueron recibidos de buena manera.

Firem no les dió ninguna indicación a sus soldados, los dejó libres para disfrutar tiempo con sus familias, sin descuidar los turnos de guardia claro estaba.

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Los soldados de Konoha también habían vuelto, los ánimos habían vuelto a bajar.

Itachi despertaba feliz, ya lo había decidido. No tenía nada más que hacer en Suna, volvería a Konoha y nunca más se involucraría en una guerra.

No obstante al salir de su choza lo primero que vió fue a sus mirmidones volver, traían sus armaduras por lo que era obvio que habían ido a combatir, la sonrisa se borró de su rostro.

—¿Tú me des obedeciste?— preguntó Itachi con mirada seria.

—Cometimos un error mi señor— Kisame no podía ni mirar al Uchiha a los ojos.

Itachi escaneó de forma rápida con la mirada el panorama y notó la ausencia de su hermano Sasuke.

—Falta Sasuke— los ojos de Itachi se entre cerraron—. ¡Sasuke!

—Creímos que era usted mi señor, usó su armadura, sus grebas, su escudo, su casco. Hasta se movía cómo usted— Kisame se puso de rodillas.

Itachi luchaba internamente para que las lágrimas no salieran de sus ojos.

—¡¿Dónde está?!— Itachi le dió un fuerte golpe, de los gritos Izumi salió algo asustada de la choza viendo la escena.

—¡Está muerto!, el príncipe Firem lo degolló— Kisame sintió que se quitó un peso de encima y miró a Itachi a los ojos.

El Uchiha le dió otro golpe y sin darle oportunidad puso su pie en la garganta de Kisame sofocando lo.

Izumi trató de intervenir, pero Itachi la sujetó del cuello y la aventó a la arena también, tras eso el Uchiha se retiró al barco en el que habían llegado.

En la playa de Suna, al anochecer los mirmidones de Itachi habían hecho una pila de madera, sobre la misma se encontraba el cuerpo de Sasuke.

Itachi subió con una antorcha en la mano derecha, con la izquierda colocó dos monedas, una en cada ojo de Sasuke y con la antorcha la prendió en fuego.

El humo de la misma se vió en toda la playa.

A una distancia prudente, Danzo observaba la escena.

—Ese niño— habló refiriéndose a Sasuke—, acaba de salvar nuestra guerra.

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En el castillo de la realeza en Suna, cuándo casi todos dormían. Firem guiaba a Karito por varios pasajes del castillo, algunos que incluso ella misma desconocía su existencia.

—Dime Karito, ¿aprendiste cómo llegar?— Firem la miró en espera de una respuesta.

—Sí— Karito no lo entendía del todo, pero podía notar cierta preocupación en la voz de su esposo.

—Bien— Firem abrió una puerta a mitad de ese pasillo—, la próxima vez que vengas sigue ese camino, no des vueltas sólo sigue derecho.

—¿Por qué me dices todo esto?— a la castaña no le gustaba nada el rumbo que estaba tomando la conversación.

—Karito... si yo muero— Firem no fue capaz de seguir hablando pues Karito lo abrazó fuerte con las lágrimas apunto de salir de sus ojos.

—Nunca vuelvas a decir eso— le reclamó la Sarutobi.