Entré lentamente por la puerta de mi casa.
Pero no logré pasar desapercibida por mi madre.
El monstruo estaba esperándome.
-¡¿Dónde diablos has estado en toda la noche?!-gritó acercándose rápidamente a mí.
-Te puedo explicar-murmuré, tratando de defenderme.
-He ido a la casa de Jesse y no has estado, a la casa de Alice y tampoco. ¡Explícame de una maldita vez Anabelle!-Furiosa, el monstruo ha salido de su celda.
-¿Fuiste a la casa de Rossie?-pregunté cabizbaja y sobándome el codo.
-He llamado a su casa-cruzó sus brazos, alzando una ceja esperando una excusa de mi parte.
-Mamá… Te diré la verdad-.al fin estaba decidida a contarle sobre mi noviazgo con Frank.
-La verdad.
-Yo…Eh…Mmh…-¿Cómo puedo comenzar a decirle que pase la noche en la casa de Frank? ¿Qué madre entendería que su hija de diecisiete años recién cumplidos ha dormido con su novio sin que su madre se entere? ¿Mentirle? No, no lo haré nuevamente, ya he mentido demasiado y no quiero seguir cavando mi propia tumba con puras mentiras.
-Vamos ¡Dime de una vez por todas!-Mi madre ya no podía ponerse más rojas de furia.
Es un To.Ma.Te
-Yo Y Frank…-Aclaré mi garganta. – Somos novios – finalmente lo dije.
-¡Eso no es novedad!-dijo levantando sus brazos de forma “No soy tonta, lo sé todo”
Después de contarle todo, que he ido al centro comercial, que le he pegado a Emma y que he dormido en la casa de Frank.
Omitiendo la parte en donde estuvimos juntos, complementando uno.
Mamá me dio la charla que toda chica odia, sobre la protección, las enfermedades, que nos respetemos, bla, bla, bla.
***
-¡Rossie Monroe!-gritó la recepcionista.
-¡Rossie Monroe!-repitió llamando la atención de todos los pacientes que estaban a nuestro alrededor.
-¡Aquí!-dijo Rossie mientras se paraba. -¿Vamos?-preguntó entusiasmada.
-Vamos-la alenté.
-Buenos días-dijo la doctora.
-Buenos días-repetimos al mismo tiempo.
-Bien, quitaremos esta molestia para ti-sonrió la doctora, achiné los ojos para poder ver su placa, y su nombre era “Lexandra James”
-¡Dios! ¡Al fin no tendré esto!-dijo Rossie mientras levantaba su brazo para hacer notar el yeso lleno de firmas.
Yo miraba atentamente, seguro que cuando me gradúe de la secundaria, estudiaría Medicina, espero no cambiar de opinión.
Después de media hora, sacando lentamente el yeso del brazo de Jesse, para que no le hiciera doler y tampoco tener nuevamente una fractura, nos despedimos de la doctora Lexandra.
-Annie-murmuró Rossie.
-¿Qué pasa?-pregunté.
-Mira quien está ahí-sonrió.
-¿Quién?-pregunté buscando con mi mirada.
-Vamos, solo será un segundo- sonrió también, junto conmigo y se dirigió a uno de los asientos del hospital.
-Patrick –dijo suavemente Rossie mientras se sentaba a su lado.
-¡Hey Ros!-dijo dándole un beso en la mejilla.
-¿Cómo has estado?-preguntó Rossie.
-Bien, ahora me ha agarrado una gripe, pero nada grave-él miró el brazo de Rossie-¡Hey! ¡No tienes más ese maldito yeso!-sonrió.
-Aclaré mi garganta esperando que mi amiga me presentara a su amigo.
-Oh, perdón-me miró-Ella es Anabelle, mi amiga, y él es Patrick, un amigo-Nos presentóRossie.
-Un gusto Patrick-dije brindándole una sonrisa cálida.
-Un gusto Anabelle-sonrió.
-Rossie, me encontraré con Frank, después ve al centro comercial-me despedí.
-Está bien. Adiós, se despidió.
**
Llegué al centro comercial, donde habíamos quedado con Frank.
Lo esperé sentada en un banco, buscándolo con la mirada.
-Hola a mi novia más linda de todas-dijo detrás de mí.
Una sonrisa se formó en mi rostro, me di vuelta.
-Hola-murmuré-Te estaba esperando-dije y le di un corto beso en los labios.
-Te tengo un regalito-dijo entusiasmado mientras se hacia el misterioso.
-¿Qué será?-sonreí curiosa.
-Felices cinco meses mi amor.
Saco detrás de sus espaldas un ramo de flores enorme y una caja de chocolates.
-Mh-logré decir.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-Lo he olvidado, lo siento-dije cabizbaja.
-No importa, sabes que con un beso tuyo, estoy a tus rodillas-dijo arrodillándose.
-¡Ahg! Levántate-dije mientras lo ayudaba-Es que…-suspiré.
-¡Vamos, dime Anabelle!-Frank puso sus manos dentro de los bolsillos del pantalón.
-¡Tontín!-Puse mi dedo índice en la punta de la nariz de Frank-¡Nunca olvidaría algo así! ¡Tan importante!-me abalancé a sus manos, y los dos nos caímos al piso, las personas que pasaban por el lugar, creerían que estábamos locos.
Nos levantamos y limpiamos nuestra ropa.
-Toma-dije y le entregué una pequeña cajita.
Frank la abrió, él no despegaba sus ojos con los míos, y cuando al fin sacó la tapita, se sorprendió.
-No… Anabelle…No puedo recibir esto-dijo mirando la cadena.
-Shh…-lo callé-Solo…Solo quiero que lo tengas, mi padre me dijo que se lo diera a alguien que realmente fuera importante para mí, estuve pensándolo, y cuando al fin lo iba a dar…-Aclaré mi garganta-Él ya no estaba conmigo…. Esa persona importante iba a ser mi padre… Se lo iba a regalar el día que volviera del viaje, pero nunca pasó…-suspiré.-Ahora la persona importante eres tú-dije y lo abracé fuertemente.
-Te amo-suspiró mientras se acercaba lentamente a mí para darme un beso, corto pero lindo.
-Te amo mucho más.
Nos tomamos de las manos, y nos dirigimos a la salida del comercial, íbamos a la casa de Jesse y ahí nos reuniríamos todos.
Alice, Coddy, Rossie, Henry, Frank, Peter, Jesse, y yo.
¡Brindaremos por todas las cosas buenas que nos ha pasado en este último tiempo! ¡Y vaya que son buenas! ¡Olvidaríamos todo lo malo y le daríamos lugar a las nuevas oportunidades que nos presentará la vida!
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Mi fuerza©[En edición]
RomanceAnabelle tiene fuerza, y no física, una fuerza en su interior que no la deja bajar los brazos. Es muy problemática en el sentido que si la molestan y si es necesario, golpeara hasta que no la molesten. Tiene mucho carácter y no deja que nadie pase...