Finalmente había llegado el momento.
TaeHyung no había querido verlo hasta que realmente se le hizo imposible ignorarlo.
Dentro de muy pocas horas volvería a su hogar, volvería a su rutina, sus clases y amigos.
Lo que significaba tener que despedirse de JungKook y de todo lo que habían vivido.
— Hijo, ¿Ya llevaste las cajas al auto? — preguntó su madre.
— Ajam. — respondió ausente.
¿En qué momento el pelinegro se había vuelto tan indispensable en su vida?
Kim TaeHyung no aceptaba el hecho tener a Koo viviendo gratis en su mente todos los días.
— ¿Qué sucede bebé? — su progenitora se acercó al verle con la mirada en el horizonte — ¿Por qué tienes esa cara? — dejó el plumero de lado para atender a los problemas de su retoño.
Tae volvió su atención a la recién llegada y luego negó. — No te preocupes, sólo no quiero tener que volver a clases. — respondió, sin embargo aquello no terminó de convencer a la castaña, quién se le quedó mirando de forma inquisidora.
— Ajam... — la mayor le inspeccionó ¿Sucedió algo con JungKookie que no está aquí ayudándonos? — la fémina se cruzó de brazos, mientras notaba como su hijo se tensaba al escucharla. "Bingo", pensó.
No había que ser muy listo para darse cuenta que algo sucedía entre aquellos dos, su tonto hijo podía pensar que nadie sabía lo que sea que fuera que tuvieran, pero ella le había tenido en su vientre y conocía a su pequeño y lo ciego que podía ser.
Además que ellos tampoco eran tan disimulados como creían serlo, al menos JungKook trataba de tener un poco más de decoro pero, ¡TaeHyung no tenía vergüenza alguna!
Ese mocoso todo el tiempo se pululaba en bóxers por la casa y más de una vez le había visto una que otra "marca" de dudosa procedencia.
Una vez su esposo le había preguntado de forma burlona acerca de que era lo que tenía en el cuello y Tae le había restado importancia, indicando que se había quemado con aceite ayudando en la cocina en el bar donde estaba trabajando.
"Aceite".
Su papá casi se ahoga de la risa y ella se llevó una mano a la frente pensando en qué debería haber criado a su hijo con mayor imaginación para mentir.
Porque que ella recordara, el aceite no tenía dientes como las mordidas que tenía en su cuerpo y la otra era que si realmente se hubiera quemado, conociendo lo llorón que era, seguro y lo terminaba publicando en el diario y haciendo que le llevaran a emergencias al hospital de quemados de la ciudad.
Sin contar el hecho que TaeHyung no sabía ni fritarse un huevo o pelar una papa. ¡Nadie en su sano juicio mandaría al castaño a ayudar en lo que no tenía ni la menor idea!
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Maniac | KookV
Fanfiction•·•·•·•·•·•·•·•·•·••·•·•·•·•·•·•·• - ¡¿QUÉ?! - TaeHyung sudó en frío al escuchar aquella voz. - ¿Así que eso es lo que soy, TaeHyung? - mencionó indignado - ¿Un loco? - tragó grueso - ¿Un acosador? - JungKook dió un paso más hacia adelante - ¿Un psi...