Después de aquél ataque de la Reina Isolde, los centinelas regresarán al palacio de Irelia, tenían que sanar las heridas del recluta lo más pronto posible porque podían sentir qué no le quedaba mucho tiempo.
Gwen: Tranquilo, estamos aquí.
Irelia: ¡Karma!
Karma: ¿Qué sucedió? - La sacerdotista llegó y entendió lo que tenía que hacer. - Necesitan sanación.
Irelia: Y urgente. - Ambas se miraron y los demás dieron de aquella habitación para que las dejarán hacer su trabajo.
Lucian: ¿Qué rayos significa todo esto?
Senna: Lucian...
Lucian: No tiene nada de sentido esto ¿Cómo es posible que isolde sea ahora la reina arruinada? Se supone que ese era Viego.
Senna: ¿Crees que no me preguntó lo mismo? Los demás también se están preguntando eso. - Los otros solo se mantenía a raya, porque, no querían meterse en la discusión de esta pareja.
Lucian: Senna... Tenemos que averiguar lo más pronto posible todo este problema no sabemos a que nos estamos enfrentando. - Le hablaba de una forma sería pero segura.
Senna: Lo sé Lucian, pero de algo estoy completamente segura. - Se lleva su mano al pecho. - Esa no es la Isolde que conozco.
Lucian: Espero que sea verdad. - Después de que terminaron de hablar entre ellos, el líder miro a su alrededor y noto la ausencia de alguien. - ¿Dónde está nuestra Ahri?
Rengar: Ella acaso...
Senna: O no. - La vastaya se había quedado escondida durante la batalla, cuando todos se habían ido ella entró aquel lugar, sentía todavía el aura de la ruina pero ella solo estaba interesada en encontrarse con su otra yo.
Ahri: Se que estás ahí, muestrate.
Ahri Arruinada: Oh vaya, jamás me imaginé que habías entendido el mensaje que te mandé.- Entre la oscuridad de la noche salió su otra yo con aquella aura de maldad en todo su cuerpo y un amargo recuerdo de lo que ella vivió en el pasado.
Ahri: ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Qué es lo que quieren?
Ahri Arruinada: Tranquila zorrita, no creas que te diré todo porque sí, no seas ingenua. - Ahri no sabía que más decirle, para ella era como verse en el espejo pero de su peor forma posible.
Ahri: Entonces ¿Por qué me hiciste esa señal para reunirnos? - En la batalla la Arruinada le hizo un gesto con su ojo y sus colas dandole entender, que debían reunirse en ese mismo lugar.
Ahri Arruinada: Fácil. - Convocó un orbe en su mano derecha para intimidar a su otra yo. - Quiero comprobar quien de las dos es la más fuerte.
Ahri: ¿Qué? - Las intenciones de la otra eran más que evidentes pero para terminar de enganchar a su rival le propuso algo que no podía negar.
Ahri arruinada: Si mira... Si tú ganas yo te diré todo lo que quieras saber de nosotros.
Ahri: Me parece justo.
Ahri arruinada: Si yo gano bueno... - Lamió sus labios y su mirada reflejaba lujuría. - Bueno ya lo sabrás. - La otra Ahri confiaba en que podía ganar, además era una buena forma de poder superar su pasado como parte de la ruina de una vez por todas.
Ahri: Comencemos. - La original se lanzó al ataque y así dió inicio la batalla entre las dos.
Palacio del rey arruinado
En aquel palacio en ruinas, la reina Isolde llegó y junto a sus secuaces estaban observando que toda la ruina se estaba dicipando de a poco dando a entender que estaba llegando a su fin este reino.
Gwen arruinada: Parece ser que la batalla final tuvo un resultado diferente en este lugar. - Isolde vio aquel trono dónde antes estaba su amado y un pequeño recuerdo se hizo presente en su mente cuando eran felices. - ¿Reina?
Isolde: Perdón Gwen, ya es hora de traerlo de vuelta, de que regrese a mi lado. - Gwen asintió y todos prepararon lo que fue un hechizo para que volviera el rey arruinado, una vez que terminaron los preparativos, empezó el hechizo de liberación.
Isolde: Todo tuyo Leblack.
Leblack arruinada: Como ordene su majestad.
Isolde: Amor, falta poco. - Comenzó el ritual y todo estaba marchando muy bien, aquella puerta donde estaba Viego atado se estaba abriendo e Isolde estaba sonriendo de felicidad pero esa felicidad se acabó cuando el hechizo se interrumpió abruptamente. - ¡No! ¿¡Qué pasó!? - Estaba molesta por ver este resultado pero Leblack solo dijo...
Leblack arruinada: Lo siento mi reina pero... No puedo abrirla. - En respuesta, le dió un fuerte bofetón a la hechicera.
Isolde: ¿De qué hablas?
Leblack arruinada: Mi reina, aquella puerta fue sellada por un arma que no está en nuestro poder y sin esa arma el portal jamás podrá ser abierto. - Isolde se acercó más a su hechicera y la tomo del cuello levantándola como si nada.
Isolde: Sabes dónde se encuentra esa arma ¿Verdad?
Leblack arruinada: Si... Lo sé... Mi reina.
Isolde: Bien, dime e iré por ese juguete. - La soltó haciendo que cayera al suelo agarrando su cuello y tociendo un poco.
Leblack arruinada: Lo tiene...ahg... Senna...
Isolde: ¿Qué?
Leblack arruinada: Su arma, es la llave... Para liberar a su amado... Debe traerla. - Isolde se quedó pensando un poco y sabía que para tener aquella arma también debía traer a Senna porque estaban conectadas y por eso amabas eran necesarias.
Isolde: Parece que tendré que ir por Senna... Otra vez. - Miro aquel portal pensando en su amado y después de eso, se movilizó para ir por la líder de los centinelas. - Pronto amor, pronto volveremos a estar juntos.
Próximo capítulo: Una apuesta
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ISOLDE: La Reina Arruinada
FanfictionSinópsis Después de que los centinelas de la luz lograrán derrotar a Viego y sellarlo para siempre en aquel castillo en ruinas, la vida había proseguido normalmente, las cosas habían vuelto a la normalidad en Runnaterra. Lo que no sabían era que un...