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Cada caricia y cada beso,

no se me olvida

ni por un momento.

Reik - Cada mañana 

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Sick patner

AU: Daniel (25), Betty (23)

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Ya era de día, y Daniel escuchó sonar el despertador, abrió lentamente los ojos, pero sintió como al hacerlo le empezaron a arder, así que los dejo entrecerrados, lueho se sentó en la cama, sobándose la nariz, al sentirla tapada, miró a su costado, no había nadie, de seguro Beatriz estará haciendo el desayuno, pensó Daniel.

Se bajó cómo pudo de la cama, para apagar el despertador que siguió sonando, al apagarlo, salió de la habitación, para dirigirse hacia la cocina. Al llegar vio a Betty volteando algo en la sartén.

—Buenos días —pronuncio el ojiverde con la voz rasposa y cansada.

La pelinegra volteó a mírarlo con una sonrisa, la cual desapareció al ver al ojiverde con el cabello enmarañado, con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido, con la nariz roja y los labios resecos.

—Vuelva a la cama —demando la pelinegra, mirándolo.

El ojiverde hizo una mueca de fastidió.

—¿Por qué? Ya no tengo sueño —musito el ojiverde.

—Esta enfermo.

—Eso no es cier.. —sus palabras fueron interrumpidas, al far un pequeño estornudo.

—¿Cómo que no?

El ojiverde chasqueó la lengua, rodando los ojos.

—Esta bien —mascullo el ojiverde volviendo a la habitación.

Luego de que Daniel se fuera hacia la habitación, la pelinegra le preparó una taza de té. Al estar lista, ella le llevo la taza de té, hacia la habitación.

—Tomelo todo —dijo Betty, dándole en el te en las manos al ojiverde.


El ojiverde tomo la taza de té, acercándola a sus labios.

—Gracias —musito, empezando a beber el líquido caliente.

Al acabar el té, el ojiverde dejo la taza en la mesita de noche. Se echo en la cama, tapándose hasta el pecho.

Dio un suspiro cansado.

—¿Me acompaña hasta que me vuelva a dormir? —pregunto el ojiverde, con el rostro sonrojado por la fiebre.

—No puedo, todavia me faltan cosas que hacer —exclamo la pelinegra haciendo una mueca.

—¿Por favor? —susurro el ojiverde haciendo un puchero.

La pelinegra dio una sonrisa, dando a entender que lo haría. Después de todo, eran pocas las veces que veía a Daniel rogando por algo que quería, que ella hiciera.

Betty se acerco al ojiverde, acostándose a su lado. Tomo la sábana celeste, para taparse junto a Daniel. Al estar ya arropada, sintió las manos del ojiverde en la cintura, así que solo se quedó echada esperando a que Daniel se durmiera.

Minutos después sintió como la respiración del ojiverde se hizo lenta, y su pecho subía y bajaba al compás de su respiración.

Así que se intentó soltar del agarre del ojiverde, al hacerlo se levantó de la cama, quedándose parada mirando como el rostro del ojiverde era de tranquilidad. Se acercó y le dio un pequeño beso en la cabeza

—Eso le pasa por no ponerse la casaca, cuando se lo dije —murmurro la pelinegra separándose, para luego volver a la cocina, para acabar los quehaceres del departamento.

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𝐋𝐨𝐯𝐢𝐧𝐠 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐲 𝐰𝐚𝐲 » 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐭𝐫𝐢𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora