━10

865 82 20
                                    

Si esto es enamorarse,

nunca quiero crecer.

Shawn Méndez - Kid in Love

════════ ××× ════════

Drunk confession

AU: Daniel (18), Betty (18)

·
·







·
·


Daniel sabe que no debió de haber venido. Pero tuvo que hacerlo, ya que sus padres lo obligaron a  acompañar a su hermana a la discoteca donde ahora se encontraba. A veces si que odiaba ser el hermano mayor.

Todo el lugar donde el se encontraba estaba lleno de luces coloridas, y personas tomando o bailando.

Odiaba estar en lugares así.

El ahora se encontraba en una mesa tomando wisky, ya estaba por  su sexto vaso. A lo lejos vio a varias personas entrando al local, y reconoció a dos de ellas.

Beatriz y Nicolás Mora. Cómo le fastidiaba ver a ese tipo cerca de la pelinegra. Al parecer ambos eran pareja, o eso había oído decir a una de las amigas de Betty.

Ahora que lo pensaba bien, ¿Por qué debería importarle si ellos dos eran pareja o no?

Daniel se levantó de su silla luego de haberse terminado su bebida,  dispuesto a pedir otro whisky, pero un mareo repentino lo hizo volver a sentarse.

El ojiverde se agarró la cabeza, tras sentir un dolor punzante en ella.

—Maldita sea —mascullo el ojiverde, haciendo una mueca.

Varios minutos después dejo de sentir aquel dolor punzante en la cabeza, así que decidió buscar a su hermana. Ya quería irse a su casa, se sentía muy mareado y veía borroso. Daniel se levantó de su silla, y empezó a caminar, tambaleándose en el camino, busco y busco a su hermana y no la encontró.

Dio un suspiro frustrado.

Quería irse, pero no podía dejar solo a su hermana, su madre lo regañaria. Cuando estaba dispuesto a volver al lugar donde había estado minutos antes, vio a unos metros de él a Beatriz riéndose junto a Nicolás, ambos estaban muy cerca, demasiado cerca para su gusto, pareciera como si se estuvieran por besar.

Daniel no era de esas personas que se enojaban y hacian un escándalo en frente de tanta gente.

Pero en ese momento sintió como su mandíbula se tenso tan fuerte que hizo chocar a sus dientes hasta dolerle, así que sin pensarlo empezó a caminar furioso, dando grandes zancadas.

Al llegar a ellos, vio como ambos se le quedaban viéndolos confundidos. Ambos  querían saber que hacía Daniel Valencia en frente de ellos, mirándolos furioso. Pero en realidad al que miraba de esa forma era a Nicolás. Así que el decidió hablarle al ojiverde.

—¿Qué quiere? —pregunto Nicolás, haciendo una mueca nerviosa.

Pero el ojiverde no le respondio, solo se limitó a mirarlo, para después desviar su mirada hacia la pelinegra, cambiando su expresión a una sería.

—Beatriz, ¿Puede acompañarme un momento?

La pelinegra abrió sus ojos de la sorpresa, mirándolo confundida.
Después desvío su mirada hacia su amigo, dándole a entender que iría con el ojiverde.

—Eh.. cl-claro —respondio la pelinegra nerviosa, parándose de su asiento para empezar a seguir al ojiverde, el cual había empezado a caminar luego de oír la respuesta.

Algunos minutos después el ojiverde se paro cerca de una mesa, que estaba cerca donde la pelinegra se encontraba hacia unos instantes.

—Vamos a sentarnos aquí —exclamo el ojiverde, tambaleándose al intentar sentarse.

Ya que ambos estaban sentados la pelinegra quiso saber el porque estaba ahí.

—Daniel, ¿Para que quería que lo acompañara hasta aquí? —cuestiono ella confundida.

—Queria decirle algo muy importante —pronunció el ojiverde empezando a ver más borroso de lo que veía antes.

La pelinegra ladeó la cabeza.

—¿Y que es eso tan importante?

Daniel dio un suspiro, sintiendo como sus ojos se empezaban a cerrar.

—Beatriz, y-yo... —balbuceo el ojiverde tambaleando la cabeza— estoy en-enamorado de usted —concluyo el ojiverde parándose de la silla.

La pelinegra se sonrojo fuertemente.

—¿Qu-qué? —pregunto ella, sin poder creer lo que había escuchado.

En ese instante el ojiverde se desmayó haciendo un sonido sordo.

—¡Daniel! —grito la pelingra asustada, al ver como el ojiverde había caído al suelo.

Daniel se encontraba todavía consciente, con los ojos abiertos, los cuales se empezaron a cerrar lentamente por el cansancio.

Lo último que el ojiverde escuchó antes de cerrar los ojos completamente, fue:

—Yo ta-también estoy ena-enamorada de usted, Daniel.

════════ ××× ════════

𝐋𝐨𝐯𝐢𝐧𝐠 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐲 𝐰𝐚𝐲 » 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐭𝐫𝐢𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora