Capítulo 11.-XXXVI

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74.-En otro lugar

Mean.

Perdí la noción del tiempo, cuando desperté ya no tenía nada en los ojos, podía ver todo lo que me rodeaba, mis manos estaban llenas de sangre seca, lo que me produjo un susto extremo.

Hasta ese instante no recordaba que había sido golpeado con algo en la cabeza y que seguramente esa sangre era mía.

Sentía un dolor intenso en todo el cuerpo, quería quedarme ahí mismo, ni siquiera sé como es que había llegado hasta este lugar, no tenía más recuerdos y la cabeza me daba vueltas, sería muy estúpido si esperaba a que alguien intentara ayudarme, nadie puede hacerlo, nadie va a hacerlo porque estoy solo.

Me levanté con ganas de haberme muerto ahí mismo, no tenía ni la idea de lo que estaba por hacer, caminé sobre la carretera sintiendo que en cualquier momento me desmayaría, mi boca estaba reseca, el estómago me dolía por la falta de alimentos y la debilidad aumentaba por las altas temperaturas, comencé a sudar, a cada paso que daba a lo lejos creía ver un charco de agua en el pavimento, pero era simple reflejo por la fuerte luz del sol.

De pronto, escuché un auto viniendo y mis piernas flaquearon haciéndome caer al suelo, no podía dar un paso más, no quería esforzarme por hacer algo, no tenía sentido seguir, este lugar estaba lejano de todo, no era transitado, era un completo vacío a donde quiera que lo mirara, seguía desangrandome y de un momento a otro terminaría muerto.

-Creo que al final... Tenía razón. -Mi voz se volvió átona. -No le importo a mi familia, no van a encontrarme, voy a morir aquí.

Mis lágrimas se deslizaron y miré la luz del sol para cegarme, para dejar de sentir tanto dolor.

-No comprendo... -Susurraba.-Nunca podré entender porque debía morir así, solo, agredido, sin haber vivido lo suficiente.

Y las alucinaciones comenzaron, lo vi a él, al chico que amo y amaré.

-¿Mean? -Llegó corriendo, bajando de un auto que se estacionó a un metro de mi. -¡Mean! -Acarició mi pelo con delicadeza. -Tranquilo, todo va a estar bien, vas a estar bien. -Sus ojos se cristalizaron. -Solo no cierres los ojos, por favor no los cierres.

Pareciera que cuanto más lo escuchaba, más quería rendirme.

-Mean... Mean por favor, no cierres los ojos. -Me agitó levemente, parecía desesperado, otras dos personas vinieron hacia aquí y entre todos me levantaron para subirme al auto, ahí me desvanecí...

ELIGEME ¦ MeanPlann ¦Temp. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora