Capítulo 12.-XXXVII

138 26 4
                                    

73.-Para no morir

Mean.

Un pitido me despertó y un frío recorrió todo mi cuerpo con brusquedad.

-Ya ha despertado. -Una voz lejana habló y con la vista borrosa vi a una silueta masculina, mi padre, quien sostuvo al instante mi mano derecha.

-Hijo. -Sonrió. -Qué bueno que has despertado. -Soltó un suspiro.

-P-Plann... ¿Dón-dónde está? -Fue lo único que pude formular.

-No sé de qué hablas hijo. -Me miró extrañado, volteando a ver a los demás.

-Él, él me salvó ¿verdad? -Mi vista comenzó a aclararse, mi madre y un hombre estaban mirándonos.

-No Mean, Plann no estuvo con nosotros en ningún momento.

Entonces, supe que lo que había visto fue una alucinación de lo que realmente quise que sucediera.

Los días pasaron, lentos y aburridos, una enfermera fue amable conmigo al prestarme una libreta con bolígrafos.

Mi familia no venía a menudo a visitarme, no podían hacerlo.

No estaba seguro de lo que podía ocurrirme hoy o mañana, así que me empeñé en escribir cartas para Plann, tenía que dejárselas, no iba a morir sin decirle nada, no sería justo, no para mi.

Mis sentimientos se volvían cada vez más intensos con sólo pensar en todo, lo que sentía por Plann era real, la primera vez que sentía algo tan fuerte. Justo terminé de escribir las cartas y guardarlas en la libreta cuando escuché que alguien movía el pomo de la puerta.

Me quedé mirando, esperando a que la abriera una enfermera, o alguno de mis familiares, pero no pasó nada, solté un suspiro, las cortinas de la ventana se sacudían, aprovechando mi privacidad intenté levantarme, en movimientos más lentos que los de un anciano, pero volví a recostarme en cuestión de segundos, cuando se abrió la puerta de golpe.

—Joven Mean. —Un doctor se puso frente a mi y detrás vinieron dos enfermeras. —Tenemos que trasladarle a un hospital del otro lado del país.

Escuché atento sintiendo una sensación extraña con cada una de sus palabras.

—Por favor deje que las enfermeras le ayuden con el proceso, su familia ya ha sido informada. —Sin esperar mi respuesta se dió media vuelta saliendo a toda prisa junto con un par de policías.

La situación era bastante inusual, no entendía lo que estaba pasando.

—¿Por qué necesito un traslado? —Cuestioné a una de las enfermeras, quien me miró seria, unicamente retirandome los catéteres.

—No se preocupe. —La otra habló, dedicándome una tranquilizadora sonrisa y cubriendome con una sábana blanca. —Tenemos que ponerle esto. —Sacó de una bolsa de plástico un vendaje nuevo para mi cabeza, dolía, cada que retiraban los vendajes ensangrentados sentía las punzadas más traumaticas de mi vida.

Minutos después fui llevado a una ambulancia a través de las puertas traseras del hospital. El personal médico me atendió de la mejor forma y durante el trayecto me quedé profundamente dormido, no sabía cuántas horas ni por qué estaba yendo a otro hospital.

¿Iba a morir?

ELIGEME ¦ MeanPlann ¦Temp. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora