Matador
07 de Febrero, 2020.
Casi me ahogo con la sidra en mi boca al ver a ese ángel espectacular y radiante llegar al salón.
Diablos, está maravilloso. Lleva una camisa pulcra de color rosa con los dos primeros botones desabrochados, unos vaqueros azul oscuro y tenis color gris. Su esplendido pelo castaño... joder, revuelto y matador. Sus ojos se pasean alrededor mientras abrocha los botones de sus mangas remangadas hasta los codos.
Tras unos segundos su mirada llega a mi, encontrándome como una estúpida embobada observándolo. Esboza una gran sonrisa y yo casi me derrito. Se la devuelvo y entonces camino hasta él. Los nervios casi me están matando.
— Que lindo AT, ¿alguna razón especial para venir tan radiante? —sorbo de mi copa y curvo mis labios.
— ¿Acabas de decir que estoy radiante? —cuestiona divertido.
Ese desgraciado. Siento mis mejillas arder y entonces se acerca, rodea mi cintura con una mano y se inclina hasta mi mejilla izquierda, para depositar un delicioso y enloquecedor beso. Al instante cierro mis ojos sin poder evitarlo.
Luego se inclina un poco en dirección a mi oreja.
— Estás muy linda hoy —susurra sensualmente.
Mis piernas casi flaquean, Dios.
Se aparta y fija su mirada en mi, que debo estar más rosa que el mismo color.
Suelta una pequeña risita, me quita la copa y se la lleva a los labios.
Al momento se acerca Ginger muy animada con una copa de vino en mano, colocándose junto a mi.
El chico desvía su vista hacia ella y la recibe con una sonrisa. ¿Qué me muera dice?
— ¡Diablos Wyatt!, ¿por qué tan guapo? —inquiere burlona.
Ríe un poco y desvía su vista hacia mi. Me observa fijamente, con intensidad.
— Mmm, tal vez porque algo muy dulce me está haciendo efecto —declara sin apartar ni un momento su mirada de mis ojos.
Seguido lleva mi copa a sus labios.
Mi corazón dejó de latir en ese instante, lo juro. Una sensación invadió mi cuerpo y me estremecí de más.