—Tiene que ser una broma —me dice Liam cuando llegamos al lugar.
Éramos los primeros en llegar, ya que todos habíamos tomado caminos diferentes.
—¿Tú escogiste este lugar? —me pregunta girándose.
—Sí, ¿No es brillante? todos estaban esperando que tomáramos un avión hace como 5 horas.
—No puedo creer que voy a vivir en medio de la nada toda una semana.
—No es el medio de la nada, cerca hay un río que conduce a un lago y aquí hay espacio para armar las tiendas y una fogata, además es hermoso —digo obvia, comenzando a bajar algunas cosas del carro —y estaremos aquí quince días, no una semana.
—¡¿Quince días?! ¿Qué pretendes que haga en quince días? ¿Dónde se supone que vaya al baño?
—Mandé traer un baño portátil hace 5 días —camino hacia lo que parece un árbol —¿Hay algo más por lo que quieras protestar, princesa? —se abre una puerta que da paso al baño camuflado en el árbol.
—No sé hacer tiendas, nos vamos a aburrir —se cruza de brazos.
—No nos vamos a aburrir — me acerco a él y presiono el punto exacto en su cuello —amo los puntos de presión —me río levemente, mientras él intenta zafarsede mi doloroso agarre—o armas la maldita carpa o me divertiré usándote de perchero, ¿Estamos? —él se pone a trabajar con Bas a regañadientes.
Unos minutos después llega la camioneta de Deyvon. Shadia irradiaba felicidad al ver el lugar. De inmediato comienza a ayudarnos con las carpas, con sus poderes era pan comido. También hace un comedor, hecho de ramas, lianas y un gran árbol que lo cubría. No podía estar más emocionada, se notaba que la naturaleza era lo suyo.
Para cuando la camioneta de Dylan llega, Shadia ya tenía todo un campamento armado, se veía orgullosa de su trabajo.
—No quiero GPSs, celulares o dispositivos de rastreo en estos quince días —Shadia era la única que estaba feliz, el resto estaba acostumbrado a tener todo a la mano. Bas y Scar también estaban acostumbrados a este tipo de cosas, no me preocupaba por ellos —si te veo hablando con una de tus amiguitas, te corto el pito —amenazo a Liam, todos se ríen.
—¿Cada cuánto podemos respirar? —pregunta poniendo los ojos en blanco.
—¿Tú? cada 10 minutos —Shadia parecía estar pasándoselo en grande, la tensión de ella hacia él era palpable, amaba ver que no estaba para nada contento.
—¿Podemos comer por lo menos? tengo hambre —Liam no dejaba su actitud de diva reprimida.
—Sí, vamos a vivir aquí, no tienes que pedir permiso o quejarte por todo —Rodeo los ojos— Yo por ejemplo, iré a tomar un baño —saco un morral de la cajuela del carro. Casi todo lo habíamos dejado allí, así era más fácil cambiarnos y no tendríamos que desordenar mucho.
Lo había pensado en el auto. Siempre se me ocurrían las mejores ideas y planes en el agua, como si aclarara mi mente. Además, siempre me relajaba después de cada noche de tortura en Mortel. Tal vez podía pensarlo todo en un relajante baño en el lago.
Una vez allí me quito la ropa, quedando en ropa interior. El agua estaba helada, mis músculos se tensionan unos segundos hasta que se acostumbran al clima. Tengo diez hermosos minutos en los que nado sin dirección y otros diez en los que floto en el agua, con los ojos cerrados. Estaba en completa relajación, cuando...
—Amaría verte así siempre —siento sus manos en mi espalda y piernas. Instintivamente, lo empujo y me alejo lo más rápido que puedo.
Me apoyo en una pierda y trato de cubrir mi cuerpo. El silencio que se forma es incómodo, al menos para mí. No me gustaba mucho el contacto físico, menos cuando estaba tan descubierta. Dylan se da cuenta de inmediato y me mira con impotencia.
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Insignes
Novela Juvenil"200206, En las noches estrelladas, cuando la luna se viste de sombras y susurra secretos al viento, nacerá el destino tejido por hilos cósmicos. Dos hijas de la esencia etérea. Su unión enfrentará sombras ancestrales, encendiendo la chispa divina d...