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Su mente no dejaba de vagar en los acontecimientos de aquella noche, no podía creer que había permitido aquello y peor, que lo había disfrutado, tenía ganas de golpearse la cabeza frente a la pared más cercana cada vez que las imágenes del rubio con el sudor en el rostro se colaban en su conciencia, la culpa, la incomodidad y su moral le estaban mareando y como buen adulto de treinta años no encontró mejor solución a aquel problema que ignorar colosalmente a Kang Yeosang, y le resultó, al menos unos días, puesto que el rubio podía imaginar el tremendo debate mental del detective, siendo un profesional, el mejor del país, metiéndose con un delincuente era el colmo, por lo que le dio el espacio que necesitaba, pero ya luego empezó a impacientarse porque Yeosang odiaba ser ignorado.

Ese día llegó a la recepción del departamento donde San y Yeosang lo esperaban, el último con las esposas puestas y ya de vuelta con su overol gris, el rubio sonrió dispuesto a saludar al detective pero este le ignoró y comenzó a hablar con San, quien ingenuamente siguió la conversación, soltó un bufido de molestia y abultó los labios observando a ambos.

-Y eso es todo lo que ha pasado durante la mañana señor Park-concluyó el oficial.

-Excelente, por desgracia ahora me tengo que retirar-contestó.

-Oh si, que desgracia-interrumpió Yeosang, ambos le miraron, Seonghwa decidió nuevamente ignorarlo.

-Muchas gracias San, nos vemos mañana, podría invitarte a un café, has trabajado duro desde que empezó todo esto.

-Me encantaría-respondió el oficial con una gran sonrisa- espero que sea una noche productiva para usted, detective.

-Oh sí que será productiva-volvió a interrumpir el rubio ya harto, no lo dejaría pasar como si nada, habló con un tono bastante sugerente y con ambas cejas levantadas mientras se apoyaba en el mostrador-¿no es así Seonghwa?

El rostro del azabache paso de un blanco puro a un rojo intenso, San como de costumbre simplemente los miro extrañado, aunque sí le sorprendió como el detective había sido llamado por su nombre, estuvo a punto de reprimirle por el atrevimiento, pero el más alto se le adelantó tomando al criminal por el brazo y arrastrándolo hacia afuera, dejando solo y confundido al oficial en la recepción.

No se detuvieron hasta llegar al BMW de Seonghwa, metió al rubio casi a la fuerza y se dio la vuelta para entrar al lado del conductor, la puerta se cerró con excesiva fuerza.

-¡¿Qué mierda te pasa?!¡¿por que hiciste eso?!-

-¿Qué cosa?-fingió no entender.

-No me vengas con eso, ¿por que carajo dijiste eso frente a San?-lo miró intenso a los ojos-¿sabes lo peligroso que es para mi trabajo que se enteren de lo que pasó? Ah, por supuesto que lo sabes-levantó las manos exasperado-por eso lo hiciste ¿no?, para que me despidieran y tú quedar libre ¡lo hiciste para librarte de mi!

-Ah, señor Park-respondió el más bajo luego de reír- a veces tiene tanta imaginación.

-No me hables así, te voy a devolver al edificio de policías-amenazó el azabache-estas colmando mi paciencia.

-No estoy buscando que lo echen, esto es completamente su culpa-el contrario le miró indignado-es porque me lleva ignorando varios días y eso me molesta.

Seonghwa se mantuvo en silenció unos momentos, prendió el auto y fijó la mirada al frente para emprender el camino a su casa, en el fondo el sabia que lo estaba ignorando y que probablemente esa haya sido la peor opción, pero es que para él seguía siendo una atrocidad lo que pasó, algo que no debió haber pasado de ninguna manera, al menos así hablando desde su moral y lógica, porque su cuerpo y su lado más sensible no se arrepentía en lo absoluto.

Dance with the Devil \♤SeongSang♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora