Capítulo 15

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Dos semanas sin ella.

Jessica.

Más de una semana sin verla, pasaron diez días sin poder pasar el tiempo con ella.

El fin de semana había estado en la casa de mi madre, aún no entraba a clases a sí que pase unos días con ella. Mi madre empezó con su vida solitaria hace unos años cuando mi padre murió en un accidente... hasta el día de hoy no sacábamos el tema de su muerte. La pérdida de mi padre fue tan fuerte que mi hermano empezó a caer en cosas ilegales, teníamos que pagar la casa y mi madre estaba perdida en su dolor.

Un mes había pasado desde que mi madre volvió a ser ella, volvió a comer, volvió a reír y entendió que mi padre después de toda su vida necesitaba descansar.

Fue realmente triste ver como mi madre se dejaba caer en la depresión y no poder ayudarla ya que se negaba a recibir ayuda nuestra, fue terrible ver cómo era la única en la familia que podía mantener estable a todos. Controlaba a mi hermano y apoyaba a mi madre... fue un mes de buenas y malas noticias.

Despegue mi vista del libro y me levante para ir a abrir la puerta. El estaba parado analizando mi expresión de confusión, que carajo hacia aquí.

—Que quieres? — pregunte mirándolo a la cara.

—Necesitamos hablar... resolver las cosas— dijo con un tono de sinceridad.

Lo que menos me esperaba de él era verlo aquí, pidiendo resolver nuestros problemas.

—Venga Jess, vamos a comer de esos helados que te gustan y lo charlamos— sus manos se sintieron cálidas cuando las puso en mis mejillas.

Extrañaba su calidez, extrañaba a ese chico que conocí hace un año. El chico tierno, divertido que estaba para mi cuando lo necesite, pero el chico que veo ahora es todo lo contrario. Las personas te pueden dar un lado muy bueno cuando las conoces y cuando sabes que no te iras empiezan a desatar su verdadera personalidad y con lo que saben de ti comienzan a manipularte.

—No.

—Vamos, será un rato— insistió.

Lo fulmine con la mirada, sabia lo que estaba tratando de hacer. Cerré la puerta y camine hacia mi cuarto, creo que volvió a tocar la puerta, pero solo estaba enfocada en buscar mi Sprite pimienta que me compre hace unos meses para defenderme si pasaba algo.

Cuando logre encontrarlo debajo de mi cama fui al closet y elegí un abrigo café claro, coloque mi móvil, las llaves y el Sprite en el bolsillo del abrigo. Abrí la puerta y Derek estaba sentado frente a mi puerta, sonrió al ver que estaba lista por ir por el helado.

Te daré una hora para arreglar las cosas— afirme.

Él sonrió y asintió con la cabeza. Un suspiro se me escapo al bajar las escaleras de la residencia, Derek estaba dentro el auto esperando a que subiera para poder marchar.

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La luz del sol empezaba a desaparecer por el mar; Tonos naranja y rojo se posaban en las nubes dando una increíble vista.

"Summer happy".

La cafetería y restaurante donde venden mi helado favorito, vengo frecuentemente cuando salgo de la universidad. La mesera nos tomó la orden y comenzó a dirigirse a la cocina, Derek miraba como la chica se alejaba.

—Tienes media hora para hablar— digo mientras miro el atardecer.

—Bueno... es algo simple— aclaro. — Quiero disculparme por la cena de navidad, sé que estuve mal...

Dejé de escuchar y empecé a comer el helado que me trajo la chica de pelo azul. Me quede mirando un punto fijo en la mesa, Derek seguía explicando que sucedía en su vida y movía las manos para indicar las acciones de sus palabras.

—Es por eso que quiero volver contigo— termino y tomo su vaso de agua.

¿Qué quería qué?

—Te perdono por todo, pero no volveré contigo— Asegure y lo mire a los ojos.

No dejaría lo que tengo con Amber para volver a esa relación toxica que tenía con él. Además, ella me hacia sentir diferente, no se como explicarlo, pero es bonito estar con ella.

Termine de comer mi helado y me acerque a la caja para pagarlo, Derek me agarro de la cintura y me susurro al oído que el pagaría, me moví incomoda ante su mano y Sali de la cafetería para ir a su auto. El llego unos pocos minutos después subiendo a su auto y encendiendo el motor, el silencio fue demasiado incomodo.

Llegamos a la residencia y note que ya era de noche, mire mi móvil y eran las ocho y media de la noche. Un fuerte viento hizo que me estremeciera a pesar de que llevaba el abrigo puesto podía sentir el frio. Camine hacia la residencia ignorando los llamados de Derek.

—¡JESSICA! — grito tan fuerte que pude notar la rabia en su voz.

—Que carajos...— Sentí que algo apretaba mi brazo y me daba vuelta acercándome a él. De un momento a otro sentí sus labios encima de los míos y me aparté de el con un empujón. — No vuelvas a hacer eso.

—Te amo Jess, por favor no dejes toda nuestra relación por una zorra— Aparto su mano de mi brazo y volvió a acercarse.

—Amber no es una zorra— dije con la rabia ya empezando a correr por mis venas.

—Claro que lo es, nos separo y me alejo de ti— mintió.

—Ella no tiene la culpa de que seas un imbécil y te acostaras con otras. Tu decidiste terminarme y yo decidí no volver contigo otra vez— me di media vuelta y comencé a caminar.

Me detuve al no obtener una respuesta de Derek... no trato de justificarse solo, se quedó callado.

Lo miré y pude notar como las lagrimas caían por sus mejillas, dejándose caer al pavimento; ahora estaba más confundida que antes.

—Que mierda? — susurre. — Si estas tratando de hacerte la víctima no te está resultando Derek.

—Mi madre murió, Jess. — dijo con la voz quebrada— Ya no la tengo y tampoco a ti... y me di cuenta de que todas las chicas con que te engañe fueron eso... solo chicas. — su arrepentimiento me sorprendió. — Ninguna estuvo para mí como tú lo estabas, a pesar de cómo te trate.

Me acerque a el y me agache dejando que mis rodillas tocaran el suelo.

—Derek, porque no lo dijiste antes— le di un abrazo y al terminarlo intente que se parara no con mucho éxito— ven te preparare algo.

Subimos a mi departamento y deje que se sentara en el sofá. Le prepare un té y deje que el decidiera si se lo tomaba o no.

—Derek...

—No quiero hablar de ella y lo siento por el beso. — sonó sinceramente arrepentido.

—No pasa nada, solo no lo vuelvas hacer.

—La quieres— pregunto mientras volteaba su cabeza hacia a mí.

Sabia que cualquier respuesta le dolería a si que solo opte por decirle la verdad.

—Si.

Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas e intento contenerse.

—Puedes quedarte. Te traeré mantas.

Derek asintió y se dejo caer en el sillón, Magnus lo mira con fastidio.

El primer día que la vi. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora