II. Una antigua llama

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Te encontré...

-¿Eh...? -de una forma brusca la separó para agarrar su brazo, estaba aplicando un poco de fuerza, pero no lo suficiente para lastimarla -¿I-Itadori-kun?

-Deja de fingir, se que eres tú -exclamo Sukuna sonriendo ladino, por otro lado el sonrojo de Yoruka aumentó.

<<Ah, debí haberme quedado en casa>>

-En verdad, encontrarte fue un dolor de cabeza pero Yoru fue en parte de ayuda -un chasquido se oyó por parte de Yoruka, lo que amplio la sonrisa de Sukuna -¿no te alegra verme?

-...

-Dejemos las trivialidades de lado, hay hechiceros cerca, si te encuentran será el fin para tí.

¡!

-Si obedeces mis órdenes te sacaré de aquí.

-¿A cambio?

-Rompe la maldición.

-Heh, el rey de las maldiones no puede liberarse de una simple maldición, ¿tan débil te has puesto? -una sonrisa se formó en los labios de Sukuna, acercó más a Natsuki escondiendo su rostro en el cuello de la joven, la respiración del demonio le provocó escalofríos —¡hiieeeee! N-No espera...

-Es una buena reacción, sino fuera por el hecho de que hay hechiceros molestos aquí, te haría mía otra vez.

-¡Gehhh! O-oye Sukuna...

-No importa la época todavía tienes ese olor -con sus manos sostuvo su nuca, ella tenía un aroma tan delicioso que le hacía perder la cordura, estaba llegando a su límite quería tocarla, más y más.

-N-Nos están mirando.

-Que lo hagan. ¿O prefieres ir a un lugar más privado? ¿Deberíamos ir a mi dominio? —mordio el lóbulo de su oreja sacándole un pequeño jadeo —es una buena reacción.

—Tu, ¡deja de jugar, ven aquí! —le agarró la mano llevándolo a un lugar donde no pudieran verlo, Sukuna chasqueo en cuanto lo llevó a un callejón —¿porqué demonios está aquí? haciendo todo ese tipo de cosas en público ¿no tienes vergüenza? Eres un adulto compórtate como uno, además ¿que pasa con ese recipiente tuyo? ¿porqué no puedes controlarlo? ¿están siguiéndote? ¿en qué lío te metiste esta vez y ¡¿Mmgghhh?! —Sukuna la detuvo de tanto hablar usando sus labios, Natsuki se paralizó dando unos pasos hacia atrás chocando contra la pared al separarse Sukuna la miro con una expresión burlona.

—¿Mejor? —Yoruka lo agarró del uniforme volviendo a unir sus labios, el demonio abrazo su cintura apegando la más, el nivel de besos subió a otro nivel donde ambos entrelazaban sus lenguas en una pelea para ver quién era el vencedor, la ropa comenzaba a estorbarle a Sukuna, cuando se separo por la falta de aire, bajo sus labios a su cuello y mordió su piel, incrustó sus dientes hasta sacarle sangre, podía sentir sus uñas clavarse sobre su piel pero no podría importarle menos. Necesitaba eso, marcarla, y dejar en claro a todos y inclusive a ella que, era de su propiedad. Al separarse vio el rostro de Yoruka con las mejillas levemente sonrojadas un leve hilo de saliva bajando por la comisura de sus labios, era una vista exquisita

—¿Esa... es tu forma de decir hola?

—Mas o menos. Ha pasado más de un siglo desde la última vez que nos vimos, y nunca te escuché quejarte cuándo te decía "hola" de otras formas.

—Tsk.

—Es un saludo temporal, la próxima vez... te llevaré a mi dominio —acaricio la mejilla de la albina, sonriendo levemente —dejare el resto a tu imaginación —subio los cabellos de la frente de Yoruka para dejar un pequeño beso —nos vemos —de momento Sukuna cayó inconsciente entre los brazos de Yoruka ella soltó un "es pesado".

—Agh, mi cabeza duele...

<<Parece que su recipiente volvió a tomar el control, ¿quién es este niño?>>

—¿Eh, que estoy...¡Wahhh?! —Itadori había vuelto, cuando vio a Yoruka frente a él un poco desaliñada con una mordedura en su cuello, el pelirrosa solo pudo pensar lo peor —¿t-tu estás bien? N-no te hizo nada raro —no tenía idea de qué pasaba, solo podía hacerse la tonta ya que el no parecía tener la mínima idea de quién era ella y así estaba mejor, colocó su dedo índice sobre si frente —¿Hah?

—Da igual, duerme... duerme profundamente —los párpados de Itadori se sentían pesados, nuevamente esa sensación —y olvídalo todo.

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Suspiro, dejo caer su cuerpo sobre aquella pila de huesos de diferentes especies, miro aquel horrible lugar para algunos y para el era un paraíso, pronto la tendría ahí, ella estaria a su lado, como le correspondía. Cerró los ojos recordando la expresión tan deleitosa que le brindó Yoruka, sus mejillas sonrojadas, su respiración jadeante, el ver las pequeñas gotas de sangre deslizarse por su cuello. Estaba hambriento, deseaba tenerla bajo su cuerpo y hacerle el amor hasta que...

—Ahg, mierda. Siempre es lo mismo —se dijo así mismo cubriendo su rostro, estaba un poco impaciente y avergonzado de que una chiquilla provocará en el tantas sensaciones, eso era una de las pocas cosas que podía hacerle sentir vivo.

&lt;&lt;Arahabaki&gt;&gt; Jujutsu Kaisen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora