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El tercer y último día

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El tercer y último día. 

Eran las 4:30 PM y ambos se encontraban en la sala de estar, Jake sentado a horcajadas encima de Sunghoon mientras este masajeaba su espalda baja. Había llegado a la sala hace unos quince minutos quejándose del dolor en aquel lugar.

Sunghoon acepto hacerle el masaje pero Jake quiso sentarse de esa forma y era un poco incómodo para él ya que la panza del rubio le dificultaba llegar a su espalda pero tampoco era como si pudiera decirle que se sentará de otra forma.

No, Sunghoon ama vivir.

Jake se incorporó, ya que estaba apoyando su barbilla en el hombro de Sunghoon mientras revisaba su celular y comía M&M's, miro a Sunghoon y a su celular varias veces. 

— ¿Podemos tener sexo?

Sunghoon dejo de masajear su espalda para prestarle atención. 

— ¿El que? 

Jake se encogió de hombros. — Estoy leyendo pero no dice nada, ¿llamo al doctor? 

Sunghoon pestañeo varias veces. 

— Pero, tu dijiste que no podíamos hacer nada. — susurro. 

— Pero es que eres muy sexy. — se quejó tomando el rostro de Sunghoon en sus manos, aplastando sus mejillas y dirigiéndose a sus labios abultados mientras reía.

Sunghoon penso por un momento que Jake bromeaba, pero el australiano empezó a besarlo intensamente intentando meter su lengua en su boca, Sunghoon en ese momento supo que era suficiente así que con una risa lo apartó. 

— Jakey, ¿que haces?

Jake sonrió acariciando su cuello. 

— ¿Qué? ¿No podemos hacerlo? En serio tengo muchas ganas... — susurro lo último mirándolo con ojos brillantes. 

— Jakey, no creo que podamos, digo... Según leí es normal que te sientas así pero puede ser peligroso, ¿no sabes si se puede hacer? — pregunto con calma mientras volvía a su labor de masajista.

Jake negó con la cabeza. — Obvio que con Jara tuve ganas pero no tenía con quien hacerlo. — rodó los ojos. — No era sexy, ¿no lo quieres hacer conmigo porque no soy sexy? — pregunto con un puchero. 

— Claro que no, eres muy sexy Jake. — sonrió. 

— Pues hagámoslo. — sonrió regresando a sus labios y llevando su mano a su pantalón. 

— No. — soltó una risita nervioso. — Espera, no, ¿y si le pasa algo a los bebés? Deberíamos investigar. 

El rubio se encogió de hombros. 

— Llamaré al doctor, bueno mejor investigare y si no encuentro nada llamaré al doctor, ¿si? — susurro acercándose a su cuello. 

Sunghoon cerró los ojos porque primero que todo, era humano, y no importaba si Jake parecía tener una sandía gigante en medio de ellos, Sim Jake siempre sería el chico más sexy y hermoso del mundo ante sus ojos. Pero también estaba el hecho de que Sunghoon quería hacer las cosas bien, él no quería volver a cagarla con Jake y parecía que cada vez que tenían sexo lo hacía así que prefería que el australiano contestara su pregunta antes de cualquier movimiento, aunque dudaba que este se concretará, lo más probable es que todo lo que investigará dijera que era peligroso y más si esperaba gemelos. 

Jara. SungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora