" JARA " | El tiempo ayuda a descubrir todo, en especial las mentiras.
Hicieron falta seis años para que Sunghoon descubriera la gran mentira de Jake y las consecuencias serán fatales.
☘︎︎ Aclaro que está historia no es mía, todos los creditos a @...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Es que te lo dije un millón de veces Sim Jara.
Jake la miro con las manos en su cintura pero al ver a la niña estornudar nuevamente y como sus mejillas y nariz se ponían rojas se inclinó acercándose, mirándolo preocupado.
— ¿Por que nunca obedeces? Sabes que eres alérgica a los gatos Jara.
— Pero era bonito. — dijo pasando la mano por su nariz nuevamente de forma agresiva.
Jake sintió sus ojos llenarse de lágrimas. A veces, por cosas así de sencillas sentía que no podía más, que era un pésimo padre y por eso le pasaban todas esas cosas. Que tal vez era el universo queriendo darle una lección por no haberle dicho a Sunghoon, por estar privandole la paternidad a alguien.
— Papi lo siento, ya no llores. Me voy a portar bien, ¿si?
Jake suspiro para luego sonreír.
— No es eso princesa, no me gusta verte así. — tomo una respiración poniendose de pie. — Debo ir a la farmacia porque no tenemos antialérgicos, ¿si?, sólo quédate viendo televisión ¿si? Por favor.
— Está bien. — asintió para luego estornudar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Yo bajo. — dijo Sunghoon al ver a su representante quitarse el cinturón de seguridad. — No te preocupes.
El hombre asintió para luego cerrar los ojos, suponía que estaba cansado. Salió del auto entrando a la gran farmacia del pueblo.
— Buenas noches. — dijo a punto de estornudar.
La farmacéutica rápidamente le dio un pañuelo.
— ¿Algún antialérgico? — pregunto sonriendo y Sunghoon asintió agradecido.
— Por favor.
La chica asintió para luego girarse a buscarlo mientras el seguía pasando el paño por su nariz . Ya sentía sus ojos llenos de lagrimas, malditas alergias, no se las deseaba a nadie. La puerta fue abierta y un chico algo bajito entró con mascarilla y gorra puesta.