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Dos años después

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Dos años después...

Presionó enviar soltando un suspiro mientras tocaba su cuello. Por fin había podido enviar la edición del libro en el que estaba trabajando, pero eso no había sido lo peor o lo más cansado de su día.

Delia estaba enferma.

Era 22 de marzo y ese día Jake nunca, nunca lo olvidaría. Primero, Sunghoon estaba en París, llevaba tres semanas allá y simplemente hablaban por videollamadas y mensajes. Segundo, el significado de que Delia estuviera enferma era lo peor que le podría suceder a Jake, de verdad agradecía trabajar en casa, a sus 26 tenía un buen trabajo y una hermosa familia, pero eso no quitaba el hecho de que su familia era un desastre y más si volvían a recalcar el hecho de que: DELIA estaba ENFERMA. Jake amaba a Delia, la señora esa tan buena con sus hijos y los hacia calmar de una manera increíble.

Pero aquel 22 de marzo en el que tuvo que quedarse totalmente sólo fueron muchas las veces en la que quiso encerrarse a llorar. Primero que todo era sábado y eso significaba que Jara no iría al colegio así que tuvo que soportar a su hermosa hija mayor bailando y brincando por toda la casa con su nueva obsesión: el ballet. Al final Sunghoon si la había inscrito y a la pequeña le termino gustando, también estaba el hecho de que Sunghoon le había comprado como mil tutus de diferentes colores y diseños así que Jara se la pasaba practicando y jugando con sus hermanitos y los grandes perros Buni y Tokki.

Con respecto a Jae... Jake no se podía quejar mucho, el niño era el más calmado de sus hijos mientras estuviera entretenido con algo porque si no era asi, los buenos pulmones con los que había sido bendecido harían su función por toda la casa. Jacob tenía una gran habilidad para gritar, en especial cuando su querido hermano gemelo lo fastidiaba. Si, Ryder era todo un caso, esté no solía gritar tanto, era más relax pero había algo que amaba y eso era fastidiar a los demás. Jake no sabía como, si tan sólo tenía 2 años pero el pequeño sabía bien como hacerte llorar o sacarte de quicio, le gustaba jugar bromas y amaba reírse de todo, solía salir de su habitación corriendo desnudo por toda la casa haciendo que sus padres tuvieran el corazón en la boca cada vez que se acercaba a las escaleras por eso habían decidido poner una pequeña puerta en las escaleras aún así semanas después ambos pequeños habían descubierto como abrirla.

Jake en ocasiones si sentía que era mucho, tuvo a Jara a los 18 y si, fue difícil pero tener dos pequeños demonios, tener a una hija de 8 bailarina, una enorme casa que mantener a flote, más un trabajo en el cual debía ser responsable a veces le daba ganas de llorar. Llorar como un bebé.

Pero lo soportaba, soportaba todo porque independientemente de todas esas cosas, se sentía cálido cuando en las mañanas lo primero que veía era el rostro de su novio que lo abrazaba con fuerza luego de llegar de alguna actividad, luego bajar su mirada y encontrar a sus dos bebés que no sabía como pero se habían metido a la cama, luego su corazón rebosaba de alegría cuando su hija le servía el café en las mañanas y dejaba un tierno beso en su mejilla.

Jara. SungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora