Capítulo 6. Una salida nunca es mala idea

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Lo miré esperando a que me dijera que solo era una broma o algo así, pero se mantuvo inexpresivo

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Lo miré esperando a que me dijera que solo era una broma o algo así, pero se mantuvo inexpresivo.

¿Matar a alguien? No podían esperar a que todos lo hiciéramos.
O sea sí, el colegio estaba lleno de psicópatas pero no todos eran tan extremistas, Tomas era un claro ejemplo. Y Jack y Alex. ¿A ellos también les pedirán ese proyecto?
¿O solo a nosotros? Me parecería injusto si fuera así.
Pero de ser un caso igual para todos, ¿ellos serían capaces de asesinar solo para pasar una materia y graduarse?
Me parecía ridículo. Inhumano.

—¿Hay alguna manera de evitarlo? —cuestioné.

—No —soltó poniendo los ojos en blanco—, y lo debes hacer en máximo una semana.

—Pero si dijo durante el ciclo escolar —repetí con enfado e indignación.

—Sí Sky. Presta atención, tienes esta semana para conseguir una víctima o presa. Cuando la hayas matado debes tomar alguna evidencia, lo que sea. Después debes hacer un largo escrito que explique en qué te basaste para asesinarlo, si solo fue al azar o lo elegiste meticulosamente. Hasta puedes poner cómo te sentiste, si lo disfrutaste o sino sentiste nada.

Lo escuchaba pero mi mente no lograba procesar sus palabras.

—¿Con qué fin? —quise saber.

—Ese trabajo es evaluado por el consejo. Y ellos pueden ir decidiendo tu futuro conforme a eso. Si les sirves más como asesina a sueldo, o mejor te metes de lleno al tráfico de drogas u otros negocios —respondió y me sentí asqueada. Creo que por primera vez sentía el peso de lo que conllevaba estudiar en ese lugar. Osea yo solo quería salir de allí sin que me mataran, no me veía trabajando para ellos en un futuro y volverme una criminal profesional.

—Yo... no creo que pueda hacer eso Ryuu —confesé abrumada y emitió un gruñido de irritación.

—Imaginé que dirías algo como eso —susurró colgándose la mochila y caminando a la puerta pero antes de salir me miró—. Escucha, no quiero sonar hipócrita y decirte que te creas una justiciera porque no lo somos. Somos lo opuesto, pero piensa en alguien que merezca la muerte, tal vez así te sientas mejor...

—¿Mejor? —pronuncié impactada—. Nadie, nadie la merece.

—No seas ingenua, en este mundo hay personas que no se pueden redimir y su única salvación es morir. Y eso lo sabes Sky, así que no actúes como una blanca paloma porque nadie es tan bueno como dice ser. Todos morimos alguna vez —replicó en tono ácido y amargo.

—Y a nosotros no nos concierne decidir sobre una vida tampoco. No tenemos derecho a actuar como un juez y escoger si un ser vivo se mantiene así o muere —espeté molesta.

¿Es que no lo entendía?

—Creo que la que está viviendo en un mundo de fantasía en dónde los pecados son perdonados, eres tú. Aquí no existe el perdón, ni la redención, ninguna alma está libre de manchas —discrepó y negué.

Mentiras I: Secreto MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora