CANCELADA HASTA NUEVO AVISO
MMPV| ❝porque no puedo más vivir sin vos me muero de dolor ya no puedo pensar, mi corazón todo me habla de vos❞
donde heaven colucci
vuelve de su viaje en
francia, encontrándose
con nuevas amistades
que pondrán al élite...
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———(🩰🤍)———
HEAVEN LOGRÓ ALCANZAR A MANUEL EN EL PASILLO DE LAS AULA, CON DUNOFF YÉNDOSE.
— ¿Qué te dijo? — le preguntó.
— Qué va a buscar a los responsables. Yo se lo pedí, hay que ver si cumple.
— Esto está en el colegio más de lo que yo estoy acá. Créeme, no va a hacer nada. No sos su primera víctima.
— Entonces ojala que sea la última, porque si Dunoff no hace nada, yo lo voy a hacer.
— La logia es peligrosa, vos solo no vas a poder.
— ¿Y a quien me sugieres que pregunte?
— No hace falta que preguntes, acepto. — sonrió. — Desde que entre los quiero ver bajo tierra a esos chicos. Obvio primero quiero saber quienes son.
— Tú eres muy osada, ¿sabes?
— Si, y desafiante. A todo el mundo desafío. Volví loca a mi viejo toda mi infancia — sonrió — Hablando de mi viejo, que Mía no se entere mucho que hablas con él, o se va a armar una grande. — Manuel la miró por unos segundos.
— ¿Sabes? Para ser hermana de Mía, eres muy diferente. Es más, tú si piensas. — Heaven se rio.
— Mi hermana piensa cuando quiere.
— Si, cuando quiere algo que tenga que ver con la moda. — dijo obvio
— No importa, la quiero igual.
— Bueno, tengo permiso para irme, así que me voy.
— Suerte. — se despidió con un beso en la mejilla, y el morocho se fue.
Heaven lo imitó y también se fue, pero al estar, donde se encontró a Luján, Marizza y Marcos.
— ¿De qué hablan? — se acercó a ellos, entrelazando su brazo con el de Marcos.
— De lo que le pasó a Manuel, con sus útiles y todo eso. — dijo Marizza.
— Hay que ver como ayudarlo para reponerlos.
— Si, pero no acepta regalos — dijo el rubio.
— No, ya sé, porque es un tarado.
— No, es orgulloso. Lo que hay que hacer es buscar otra forma, otra manera.
— La primera forma que pueden buscar es consultar a la novia, ¿no? Digo darle un poquito de cabida — se metió Felicitas.
— ¡Eeeh! ¿Quien abrió la tranquera que se escaparon las vacas? — pregunto Marizza.
