Capitulo 12

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Adhira

Cuando llegó Raiden al departamento, Naira se encontraba descansando en su habitación, a pesar de que no tuvo nada grave el golpe en la espalda fue fuerte y la dejó delicada, así que Cae le dio un calmante y se fue a dormir, yo me despido de él para salir junto a Raiden hacia su casa, pidiéndole que se cuiden mucho y que me llamen cualquier cosa.

Al llegar a la casa de Raiden no perdemos tiempo para salir a entrenar al lado de la laguna, ya que luego de lo que ha pasado debemos estar más preparados que nunca.

—¿Enserio lo mandaste a volar con un remolino?—habla Raiden desde el cielo ya que practico mi Alejandría, asiento en respuesta mientras me concentro para no dejarlo caer—. Eso es increíble, rayito, si seguimos así en pocas semanas estaremos bien preparados ante cualquier cosa.

—Pero desapareció.

—¿Pero qué más podías hacer?— me observa satisfecho cuando lo bajo lentamente y queda frente a mi—. Con lo que hiciste pudiste salvar Naira y a ti, no pienses en que se escapó, piensa en que estas a salvo.

—Tienes razón—murmuro sin estar completamente segura—. Pero ahora te toca.

Veo cómo le brillan los ojos cuando se colocan violetas, pero quedo sorprendida cuando no me levanta a mi, sino observo como flores se elevan del suelo y giran a mi alrededor creando una danza con el aire que me hipnotiza, lo quedo mirando emocionada y veo en sus ojos una clara señal.

No pierdo el tiempo cuando siento el aire a mi alrededor y me conecto con el mientras levanto las manos creando una corriente que gira a mi alrededor llevándose todas las flores en una fila hacia la laguna, veo como los ojos de Raiden vuelven a su gris y vemos hacia la laguna donde de apoco voy dejando caer las flores, tocan el agua lentamente cuando voy dejando ir el aire y quedan flotando, mientras los últimos rayos del sol lo ilumina creando una mezcla de colores en la laguna junto a las flores que quedo maravillada.

—Eso fue hermoso.

—Me recordó a Pocahontas lo que hiciste con el aire—volteo a verlo un poco extrañada hasta que siento como se me ilumina esa pequeña parte de mi vida que son las películas de princesas y salto emocionada—.

—¡No puede ser, tienes razón!—grito y salto donde el para quedar colgada como un koala—.

Me emociono cuando se me vienen a la mente de todas las veces que vi las películas de princesas junto a mis padres. Raiden es rápido al afirmarme, lo cual me alegra o hubiéramos estado en el piso en estos momentos.

—¿Qué pasó? creo que me he perdido—dice riendo cuando de a poco me separo y lo veo a los ojos—.

Lo quedo mirando largos segundos viendo como en él también aparece una sonrisa que revelan esos hoyuelos que nunca me cansaré de ver, suelto uno de mis agarres del hombro para acariciar su mejillas, lo veo cerrar los ojos ante mi tacto y suelto una risilla que no logro entender si es por nervios o por emoción.

Abre sus ojos nuevamente y su mirada es tan intensa que siento un poco de calor en mis mejillas mientras con mi mano sigo acariciando la suya, la luz del sol aun va de a poco desapareciendo pero aún quedan algunos rayos brillando en el lago, lo cual logra que se forme un momento super intimo donde con solo su mirada puesta en mi me hace sentir la mujer mas especial del planeta.

Su boca se abre para decir algo y mentalmente grito al cielo porque se que Caelum no nos interrumpirá aquí. Pero no contaba con la lluvia, una que de la nada empieza a caer del cielo tomándonos desprevenidos.

Su sonrisa se borra, la mía también, mientras vuelvo a tocar el suelo y corremos a refugiarnos a su casa.

Nos interrumpieron.

AlejandríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora