Amor y Fuego

2. Una pequeña prueba

Haber salido corriendo de esa manera con ganas de vomitar, ha ocasionado dudas entre Julien y Mikka.

¡PIENSAN QUE ESTOY EMBARAZADA!!

Luego de haber vomitado, Tiago estaba preocupado mientras que Jael permanecía antipático y ofendido. Le dije a Tiago que iba a salir con unas amigas y que no me tardaría.

En este momento me encuentro en el baño del centro comercial, esperando el resultado de las pruebas de embarazo.

Julien compró dos pruebas para estar 100% segura.

—¿Aún no? —pregunta Mikka desde afuera por milésima vez.

—Que no Mikka, ¿Cuántas veces has preguntado eso ya? —le reclama Julien.

Veo como empieza a aparecer la rayita roja en la prueba que sostengo en mi mano, aprieto mis rodillas con mi mano estando nerviosa por el resultado.

Mis manos comienzan a temblar, mi corazón late desesperado y mis lágrimas no tardan bajar por mis mejillas, gracias a los nervios.

—Ruth, ¿Estas bien? —Julien toca la puerta.

—¿Crees que haya salido positivo? —le dice Mikka a Julien casi en un susurro.

Abro la puerta del cubículo saliendo con la prueba en mis manos.

Julien y Mikka me miran preocupadas y luego miran la prueba, veo en sus rostros como se sorprenden.

***

Después de haber llegado a casa, Tiago había cocinado para todos, mamá y el Sr. Lucas habían llegado y cenamos todos juntos.

Se hacía tarde y estaba cansada por lo agitado que fue este día así que fui a mi habitación. Me acuesto en mi cama y mi mente me lleva a todo lo que paso hoy.

Agarro la almohada y me cubro la cara con ella y grito. Escucho que tocan y me quito la almohada.

Vuelven a tocar pero no es la puerta, miro por la... ¿ventana?

Tiago se encontraba tocando. Me dirijo rápidamente y subo la ventana.

—¿Pero qué...?

—Solo estaba pensando en lo de hoy —hace una pausa mirándome —He de admitir que ninguna chica que he conocido, ha vomitado al ver a Jael, has logrado ofenderlo —ríe.

—Yo... emm... —me quedo sin palabras, no sé que decir —¿Por qué te has aparecido así en la ventana y no en la puerta? —cambio de tema.

—Ven conmigo —dice este estirando su brazo hacia mi esperando a que tome su mano.

Dudo, no se a dónde quiere que vaya con él, y posiblemente si salgo por la ventana moriré.

—Oh tranquila, solo iremos arriba —sigo sin comprender y él lo nota —Iremos al techo.

Tomo su mano sin dudarlo más y salgo por la ventana sosteniéndome fuertemente de ella. Resulta que hay un pequeño piso que nos ayuda a caminar pegados a la pared.

Rezo para no caer y morir.

Luego de eso, subimos unas pequeñas escaleras que se encontraba al lado de una ventana, supongo que es la ventana de su habitación.

Al subir ya nos encontramos en el techo de la casa, todo se me muy pequeño desde aquí, y el cielo... esta tan repleto de estrellas.

La vista aquí al cielo es preciosa, la luna se ve tan brillosa y grande, las estrellas parecen cada vez más blancas.

—¿Te gusta la vista desde aquí? —pregunta Tiago que se encuentra acostado mirando hacia arriba.

Me acerco a el sentándome a su lado.

—Desde pequeña vivía aquí y nunca me imaginé que podría ver las estrellas desde aquí, ni siquiera se me hubiese ocurrido subir aquí, es maravilloso.

Estiro mis pies y mis manos las pongo detrás de mi, miro el cielo admirándolo.

—Siempre me gusto ver el cielo repleto de estrellas, cuando me mude aquí vi que podría estar en este lugar, así que siempre vengo aquí —cuenta Tiago.

—¿Nadie lo sabe?

—No, supongo que nadie aquí le gusta mirar —responde.

No pregunto más y veo las estrellas, nos quedamos largos minutos en silencio admirando el cielo, el silencio no es incómodo, es perfecto.

Quiero preguntarle porque se ha venido a vivir aquí.

—¿Por qué te has mudado aquí? —pregunto nerviosa.

—Jael y yo vivíamos con mi madre, ella falleció hace poco... Jael perdió su trabajo, él estuvo un tiempo deprimido por lo de mamá y debido a eso lo perdió, Papá nos insistió en que vengamos a vivir con él, al principio no quisimos incomodar y menos después de adultos, pero tuvimos que aceptar —hace una pausa y prosigue —Como el mayor de los dos tuve que mantenerme firme y decidir por los dos, así que nos mudamos aquí, Jael se ha vuelto un desastre últimamente y no puedo entenderlo muy bien.

—Vaya lo siento mucho, debe de ser difícil tanto para el como para ti —me quiero controlar, no quiero pasarme de las preguntas pero mi lengua pica y hablo —Disculpa por la curiosidad y perdón si estoy siendo entrometida pero, ¿De qué murió?

—El cáncer acabó con ella, tarde o temprano iba a pasar pero se fue muy pronto —su voz se va quebrando.

Sé lo difícil que es.

El suelta un suspiro y me mira.

—¿Por qué te has mudado aquí?

—Es una historia muy larga.

—Tenemos tiempo de sobra y una buena vista mientras cuentas tu historia —dice este con una sonrisa.

Le sonrió y me preparo.