10. Un error

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Corro detrás de Jael para poder alcanzar el control de la Tv.

—Demonios Jael no me fastidies el día, entregámelo —le grito.

Jael se detiene y extiende su brazo hacia arriba co el control en sus manos.

—¿Lo quieres pequeño duende? —agita su mano en el aire.

Luego de volver a casa después de haber hablado y pasado un buen momento con las chicas mamá ya estaba por irse.

Nos despedimos todos en el aeropuerto, dentro del auto de regreso a casa los chicos no han parado de bromear.

Fue como si nada hubiese sucedido así que, si ellos pueden hacer como si nada sucedió ¿Por qué no hacer lo mismo?

No han vuelto a discutir, al menos no delante de mi, y es un alivio, de alguna manera logran alterarme rápidamente.

La tía Monique quedó en llegar hoy, así que la espero con ansias pero a su hija no.

Me acerco peligrosamente a Jael quedando pecho con pecho, él mira hacia abajo haciéndome sentir realmente como un pequeño duende.

—Entregámelo, me pertenece, yo me desperté mucho más temprano —me quejo, salto estirando mi mano para poder quitarle el control pero él agita varias veces su mano.

—Estas equivocada, no importa que tan temprano te levantes, yo tome el control primero y luego te antojaste —refuta.

Lo empujo tan fuerte que logró balancearse, antes de caer al suelo me tomó de la mano llevándome con el al suelo.

Cierro los ojos antes de caer, mis rodillas reciben un golpe soportable y escucho un quejido de Jael y luego de un par de segundos escucho una pequeña risa ronca.

—¿Como es que siempre terminamos así? —siento su aliento chocar contra mi piel.

Abro los ojos y me encuentro nuevamente encima de él, Jael está apoyado sobre sus codos y me mira divertido.

Escuchamos pasos en la escaleras y los dos volteamos a esa dirección, dirijo mi mirada hacia el suelo, tomo el control que estaba ahí y salgo corriendo.

—Una lastima —le digo dirigiéndome hacia el mueble.

¿Por qué siempre terminamos en esa posición?

Siento mi cara arder y se que esta muy roja.

—¿Otra vez discutiendo? —aparece aquella voz.

Volteo y miro a Jael quien se está levantándo apenas y Tiago lo mira interrogante.

—Tengo que salir —nos hace saber.

—¿Una fiesta? —pregunta Jael.

Fiesta...

Pequeños fragmentos de aquella noche pasan por mi mente

―Si tan solo no me hubieses traicionado de aquella manera, solo... ―susurro.

¿Por qué Alec está tan lindo esta noche?

Estampo mis labios con los suyos pero el beso dura poco, Alec se aparta bruscamente de mí saliendo de la habitación.

OH POR DIOS

Besé a Tiago pensando que era Alec.

—¿Crees que recuerde todo este desastre  cuando despierte? —pregunta Tiago a un costado de la habitación mientras Jael me se quita la camisa y me la pone.

Yo rio. —Tienes el cuerpo perfecto —arrastro las palabras.

Me siento en la cama y toco el torso muy bien trabajado.

Amor y FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora