Amor y Fuego

3. La historia

Tiago se acostó mirando hacia el cielo esperando a que hable.

Bien, aquí vamos.

—Yo... Vivía con Alec —hago una pausa pensando en lo siguiente a decir —Alec era mi novio, lo conocí cuando estaba estudiando en la secundaria, mientras teníamos una relación, el fue un cretino todo el tiempo y yo no me daba cuenta —trago saliva —El amor es ciego.

»La cosa es qué, estuvimos juntos por 4 años, mi madre ya lo sabía y no lo aceptaba por completo, ella sabía el tipo de persona que el podría resultar ser y yo no la escuchaba. A los 18 me fuí a vivir con él, yo era tonta, compré incluso un apartamento para los dos.

—Espera, ¿Solo tú? —voltea Tiago preguntando con intriga.

Asiento. —Si, mi papá... El está en otro país y siempre deposita a mi tarjeta pensando que con eso arreglaría todos los años que estuvo conmigo. —el asiente y vuelve a mirar hacía arriba y yo lo imitó —Con el dinero fue suficiente para pagar el apartamento y dejé que el viva conmigo.

»Pero como dicen, conoces verdaderamente a tu pareja cuando se van a vivir juntos. El salía en las noches, incluso había días dónde no llegaba, se excusaba con que veía a su familia, a veces peleaba conmigo a propósito para así, irse con una excusa "válida". Hasta que lo descubrí, una noche salí con mis amigas, estaba mal porque había discutido con él y mis amigas querían animarme, fuimos a los Juegos Arcade, lo ví teniendo una cita con otra chica, la besó.

—Que idiota, dime qué no le gritaste enfrente de todos.

Rio. —Ese día me di cuenta que no lo valía, ni siquiera discutir con él lo valía, así que solo llamé a mamá y le conté todo, ella me dijo que debía empacar mis cosas porque vendré a vivir aquí.

—Y fue lo mejor que pudiste hacer, pero... ¿Y el apartamento? —pregunta Tiago sentándose para mirarme.

No me había dado de cuenta de lo lindo que son sus ojos, a la luz de la luna, se ven realmente hermosos.

Control Ruth, no te me vayas a ese lado!!

—Estoy esperando a que el vigilante me diga que el ha ido para allá, así les doy la señal para que lo desalojen —le explico.

—Bien, eres cruel eh, me gusta —bromea él riendo.

También rio.

Me alegra mucho que me haya traído aquí arriba, es genial, pudimos plantar un tipo de confianza, me sentí segura contándole mi historia.

Bajo las estrellas y la luz de la luna, acompañado con el frío viento, Tiago y yo reímos, seguíamos contándonos cosas y bromeábamos.

Necesitaba un nuevo amigo, una persona nueva.

***

Estoy revolcándome en mi cama, el estómago me duele fuertemente, no me he atrevido a bajar.

Tocan la puerta de mi habitación, supongo que es Tiago, mamá y el Sr. Lucas fueron a trabajar.

—¿Si? —hablo lo más fuerte que puedo para que así me puedan escuchar desde el otro lado.

—Ruth, ¿Por qué no has bajado a comer? ¿Te encuentras bien? —como lo esperaba, era Tiago y su tono sale preocupante.

—Si, e-estoy bien, bajaré en un momento —vuelvo a hablar fuerte.

Tiago se retira con un Ok, y mientras tanto sigo revolcándome, esto es horrible, me he levantado con dolor de estómago y tengo un resfriado.

¿Es por la brisa fría de ayer?

Imposible.

Esta enfermedad o lo que sea que tenga no podrá más que yo. Aprieto mi puño subiéndolo
hacia arriba.

Me levanto de la cama dispuesta a llegar a la puerta pero el dolor me mata aún más, llevo mi mano hacia el punzante dolor apretándolo así, para que no duela tanto.

Abro la puerta y voy bajando las escaleras pero una mano me detiene, es la mano de Jael.

Este hace que me giré hacia el, su rostro está... ¿Fruncida?

Este chico, no he tratado con el y por su cara veo lo fuerte que es su personalidad.

—Escucha, lo de ayer lo dejaré pasar -empiezo a sentir náuseas y mi estómago duele más —Quiero llevarme bien contigo para así, no causar ningún problema a nuestros padres —mi cabeza da mil vueltas, estoy mareandome, está sensación no me gusta —Si no haberme presentado el día en que llegaste, lo siento, no era m...

Mi cabeza parece estallar y me desplomo, siento unos brazos sostenerme y lo único que escucho es la voz de Jael.