Capítulo 17

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A veces me daban ganas de salir corriendo de mi casa...

Independientemente de que yo era muy joven, mas bien, muy chica, mi madre muchas veces me asfixiaba con sus comentarios, que obviamente, ni iban al caso. Pero ella no era la que me afectan a, al final, ella y yo siempre estuvimos solas; mi padre si estaba, pero no como me hubiera gustado que estuviera, sino mas bien que solo estaba cada que el quería hacer un berrinche, o sea , algo como un padre presente - ausente. Viene y se va constantemente. Con  mi madre jamás se ha interesado para saber si tengo para la comida o si ya tengo mis uniformes para mi escuela. En fin, creo que en cierto modo, eso me ayudo a ser algo mas consciente con mis actos  y mi cuidado. Y pues cuando sea oportuno, la vida nos pasa a todos nuestra factura.


Cuando conocí a Nia, me di cuenta de que ella era igual a mi, estaba sola y necesitaba a alguien que estuviera con ella, y no solo estoy a su lado por la soledad o falta de compañía, no es nada de eso, estoy con ella porque me entiende y sabe lo que quiero y en que momento lo quiero o necesito...


-¿Que paso Sofi? Es muy temprano para estar despierta, ¿no crees?- Me miro y se sonrió, me abrazo por la cintura y sus manos estaban muy frías, como las de un cadáver. Quería besarme, besarme de ESA manera.

-Si...no, en realidad no, tenemos que trabajar- Me levante, fui al refrigerador, saque fruta y leche para un batido. 

-¿Trabajar?- Hizo una pausa - Ay! Si, trabajar....Yo creo que no podre ir hoy, ¿Puedes hacerme el favor de decirles que..no se me enferme o algo? - Y me guiño un ojo.

-Supongo- 

-Eres la mejor, y lo sabes- Subió las escaleras, escuche que cerro la puerta del baño. Ella no bajaría hasta que yo me fuera, y eso era muy pronto, y lo peor es que ella lo sabia, sabia que se me hacia tarde y no podía quedarme para rogarle que fuera a trabajar. Solo me termine mi batido, tome mi abrigo y le grite que me iba. Deje atrás rápidamente la puerta de entrada a la casa, y después el portón, voltee hacia arriba y vi a Nia, atreves de la ventada de la recamara,  hablando por el teléfono , me vio y se despidió con la mano y siguió hablando por teléfono. 

No tenia ganas de tomar el transporte, así que camine, ni siquiera iba pensando en algo, solo caminaba, con la mirada baja, viendo mis pies con esos zapatos blancos cómodos, perdí la noción de hacia donde iba, y cuando levante la mirada, estaba en el bosque, ¿Cómo llegue ahí? 

Seguí caminando, para ver si encontraba algún sendero que me llevara al pueblo, pero fue inútil, después de casi 20 minutos, estaba en medio de la nada, sin señal como para poder llamar a alguien o tratar de ubicarme. No me quedo de otra, y seguí caminando, a lo lejos vi el techo de una cabaña y lo que pensé fue ir hacia allá para ver si alguien podía ayudarme a bajar de nuevo, cuando llegue, me di cuenta de que estaba abandonada, pero aun así, toque a la desgastada y despintada puerta, nadie respondió. Me asome a través de las ventanas llenas de polvo y telarañas, no se veía nada ni nadie que viviera ahí, ¿Qué cruzo por mi mente? Exacto, abrí la puerta, y curiosamente no estaba cerrada, entre e inmediatamente aspire este espeso polvo que había en el aire, tan áspero que me hizo toser un poco. Seguí caminando por la casa; muebles llenos de polvo, una cocina con oxido en las altas puertas de la cocineta, polvo y bichos en los muebles, un refrigerador negro lleno de estampas viejas y sucias. Subí las escaleras y todo estaba tan empolvado como en la planta baja, no entre a ninguna habitación, al contrario, estaba a punto de bajar cuando algo crujió en el techo, y misteriosamente la escalera de acceso al ático se abrió ligeramente. Busque una escoba o algo alargado para alcanzar la argolla de la puerta, cuando pude hallar un palito de madera, me estire mucho para  alcanzar la puerta y la abrí, la jale y la vieja y crujiente escalera se desplego ante mí, subí, no podía ver nada, no había ni siquiera una ventada por donde entrara la luz, tuve que usar el flash de mi celular para poder alumbrarme un poco. Había muchas cajas, percheros con ropa colgada, pero hubo una caja que me llamo mi atención; una caja rosa, con flores y en una cara de la caja tenia el nombre de -Sofi-

Luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora