Capitulo 12.

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Capitulo 12.

•27 de Junio•

Miré por la ventana y observé el cielo.
Las nubes cubrían el brillante sol, lo que lograba que hiciera un poco de frío. Era bastante raro, porque estábamos en verano, y en Miami.
El viento hacía bailar a los arboles, lo que me relajaba un poco.

Hoy era el cumpleaños de Lauren, y me sentía tan mal al no estar con ella en este momento, en el que ella puede estar completamente sola.
Pero mi orgullo me impedía por completo ir a buscarla... porque no podía, mi mente me repetía a cada instante que ella tuvo relación en la muerte de la chica. Ella era peligrosa, y yo estaba muy asustada de ella, de lo que era.. de lo que escondía.

Maldije para mis adentros ante la laguna mental que existía en mi cabeza, porque una gran parte de mi quería ir con ella y abrazarla por horas, comprarle un rosa por su cumpleaños, besarla hasta no poder más, y tomar su mano. Estar con ella. Pero otra parte solo quería ir para decirle cuanto miedo le tenía, decirle que ella era la culpable de la muerte de Emily, y que ojalá desapareciera de la fas de la tierra.

Esto no estaba resultando para nada. Debía dejar de pensar de algún modo, no quedarme mirando el estúpido cielo esperando en silencio que mis pensamientos me atormentaran con fuerza.
De esta forma no iba a llegar a nada, solo a la horrible sensación de arrepentimiento y soledad.

Gracias a Dios tocaron mi puerta, sacándome a tirones de mis pensamientos.
Mi madre abrió la puerta y asomó su cabeza, sonriéndome ligeramente.

Sinu: Vamos a ir a la playa, ¿Quieres ir con nosotros?.

-¿A la playa?. -pregunté confundida.- Pero si hace un frío horrible.

Sinu: Solo iremos a caminar, Camila. -rió.- Queremos salir un poco de la rutina ahora que estás aquí. Digo, para no estar en casa todo el día.

-De.. de acuerdo.

Sinu: Bien. Te esperamos en el auto, lleva un abrigo.

Asentí y busqué uno en mi maleta, poniéndomelo de inmediato.
Salí de mi habitación y bajé a la primera planta. Allí estaba mucho más cálido que en mi habitación, pero cuando salí de casa sentí exactamente el mismo frío que sentía cuando estaba con Lauren.

Subí al auto con algo de tristeza al volver a pensar en la preciosa chica.
Todos hablaban, a excepción de mi, pero el sonido de sus voces se desvanecieron cuando pasamos por el parque.
Lauren estaba allí, sentada en su banca, abrazando sus piernas con fuerza y escondiendo su cabeza entre ellas.

Quise decirle a mi padre que detuviera el auto para poder bajarme, pero de mis labios no salió ni una sola palabra.

Me dieron ganas hasta de llorar, porque yo no estaba con ella, y nadie más lo estaba. Era su cumpleaños, ella no se merecía esto, y por mi culpa posiblemente esté pasándola muy mal.

Sofia: ¿Estás bien?.

Preguntó a mi lado, situando su mano sobre mi rodilla, tratando de llamar mi atención.
Sin mirarla asentí y respiré profundo, queriendo que las ganas de llorar se fueran.

Lo logré minutos después, justo cuando el auto ya estaba aparcado en el estacionamiento frente a la playa.
Nos bajamos y caminamos hacia la arena.

El vaivén de las olas me ponían mucho más melancólica, porque recordé cuando nos besamos por primera vez.

¿Pero que rayos hago aquí, y no estoy con ella?.

Nos sentamos en la arena sin decir nada, solo escuchando el sonido de las olas reventar.
La fría brisa que movió y acarició mi cabello me hizo mirar hacia atrás, para quedarme estática sin nada que decir.

Ella estaba ahí, sentada a unos metros de nosotros, mirándome fijamente con sus ojos rojos y llenos de lagrimas, las que caían sin detenerse.

Toda la sangre de mi cuerpo se había ido a mis pies, y sentí que iba a vomitar ante el revoltijo que tenía en mi estomago.

Miré hacia el mar nuevamente, con mi respiración y mis latidos a mil.

-Mamá..

Sinu: ¿Si, cariño?.

-Mamá, es ella.

Sinu: Camila, ¿De qué estás hablando?.

-Es ella. Atrás de nosotros. Ella es Lauren.

Mi madre miró hacia atrás, y volvió a mirarme con el ceño fruncido.

Sinu: No hay nadie sentada tras de nosotros, Camila. ¿Te encuentras bien?.

Miré hacia atrás y era cierto. Ella ya no estaba, pero de alguna manera, por lo raro y/o fantástico que sonara, sabía que ella estaba cerca de mi.
Observé confusa por todo el alrededor, hasta llegué a pensar que estaba alucinando de alguna forma.

Alejandro: ¿Cuando tienes tu vuelo a Londres, Kaki?.

-Pa.. para el día 30. En tres días más.

Sinu: No queremos que te vayas. -me abrazó de costado.- Quédate aquí.

-Me quedaría aquí. -sonreí un poco.- Pero debo terminar mis estudios allá. Si me ruegas con todas tus fuerzas podré considerar la idea de venir a trabajar aquí.

Sinu: Ya escuchaste, Alejandro, y tú también Sofia. -los apuntó a ambos.- Tenemos que rogarle.

Reí y miré hacia atrás nuevamente, viendo como Lauren caminaba para irse. A pesar de verla de espaldas sabía perfectamente que era ella, por su ropa. La misma ropa de todos los días.

Me levanté rápidamente y fui tras ella. Estaba decidida a ir por ella y al menos decirle un feliz cumpleaños.

Pero ella cruzó la calle y yo fui detenida por el paso de un auto. Cuando el auto me dejó avanzar.. ella ya había desaparecido.
Miré por todos lados, pero ella ya no estaba. Simplemente había desaparecido.

Minutes with you. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora