Epilogo.

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Epilogo.

•18 de Octubre 2028•

"La miré. Ella tenía sus ojos rojos e hinchados, sus labios temblaban sin cesar. Y las lagrimas caía por sus ojos, apuñalando mi corazón.
Su cuerpo temblaba mientras me miraba, no sabía si con enojo o con lastima.

-Lauren, lo siento. -sollocé, acercándome a ella, pero se alejó.- Yo no quería..

Lauren: ¿Por qué con él?.

-Perdóname... había bebido y..

Lauren: ¡Y lo besaste!

-Lo siento, mi amor..

Lauren: Se acabó.

-No.. no me hagas esto. -rogué.- Lauren, por favor.

Lauren quitó el anillo de su dedo y me lo lanzó, este cayendo al suelo, justo al lado de mis pies.
La desesperación me estaba dificultando el respirar.

-¡Lauren!. ¡Lo siento!, perdóname..

Ella negó con su cabeza y salió de nuestra habitación, yendo a la habitación de nuestra hija.
Me dejé caer en la cama para que mis lagrimas salieran con libertad."

Me desperté de golpe.
Maldije internamente ante el sueño de hoy. Imaginar a Lauren de esa manera me afectaba bastante, pero sabía que nada era real.

Resulta que a Lauren se le olvidó por completo mencionarme el día que se fue, que por el resto de mi vida iba a soñar con ella, y con lo que se supone que debería pasar en el transcurso del día.

Hoy soñé lo que respecta al día de hoy.
Hoy hubiéramos discutido porque yo le habría sido infiel hace un par de días.
Me sentía tan estúpida, a pesar de que en realidad nada de eso hubiera pasado.

Hasta el momento, ignorando estas últimas discusiones, hubiéramos tenido una relación increíblemente hermosa.

Cada mañana me despertaba con la ilusión de que mis sueños se hicieran realidad, pero sabía que sería imposible. Ella no estaba aquí, y tampoco lo estará.

Me levanté de mi cama y caminé a la habitación de mi hija.
Mi pequeña dormía plácidamente en su cama, estaba toda desordenada, lo que me hizo reír ligeramente.

Me acerqué a su cama y la cargué, esperando que despertara, pero su sueño era muy pesado.

-Caitlin, cariño.. despierta.

Mi pequeña abrió sus ojos lentamente y me sonrió, para abrazarme por el cuello.

-Hey, buenos días, ¿Cómo estás?.

Caitlin: Ho.. ho.. hola, mami.

Besé su cabeza al escuchar sus palabras.
Aún no hablaba del todo bien, pero se esforzaba mucho al hacerlo, y me causaba tanta ternura.
Ella era preciosa, su cabello era castaño oscuro y algo ondulado. Sus ojos eran un poco más claros que los míos, casi de color miel.
Sus labios estaban perfectamente rosados... era tímida, y le costaba mucho confiar en los demás, lo que no era tan malo. Mi hija era perfecta a sus cortos dos años.

-Hoy vamos a visitar a los abuelos, ¿De acuerdo?.

Caitlin: R.. rosa. -se apoyó en mi pecho.- Lolo.

-¿Una rosa?. -sonreí.- ¿Quieres ir a dejar una rosa a Lauren?.

Mi hija asintió con emoción.
Mordí mi labio y recordé la vez que Caitlin se despertó diciendo "Lolo", al principio me asusté mucho, porque no tenía ni idea de cómo, ni de dónde había sacado ese nombre, pero al día siguiente soñé como Lauren le decía a Caitlin su nombre, ella se veía tan feliz diciéndole su nombre que desperté ahogándome en llanto.
Esa vez supe que yo no era la única que soñaba con Lauren.

Minutes with you. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora