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—¿Sung? —llamó Minho ilusionado al escuchar que tocaban la puerta.

—No Min, soy yo —aclaró Félix entrando tímidamente a su propia habitación, llevando consigo una bandeja con té y algunas galletas —creí que querrías comer algo ¿cómo te sientes?

—M-mejor... ¿Jisung se fue? —preguntó, tratando de ocultar lo decepcionado que estaba al despertar y ver que el alfa ya no se encontraba a su lado.

—No, no, está en la sala con Bin. Quería que descansaras tranquilo.

Minho asintió en silencio, avergonzado por ser tan obvio. Pero eso no le importaba en ese momento, pues había algo que lo atormentaba mucho más.

Y es que ahora que podía pensar con claridad, recordaba cómo había actuado esa mañana cuando Jisung apareció y sólo quería morirse. ¡¿Cómo podía mirarlo a la cara después de haberle rogado por sexo?!

Casi deseaba que lo hubiesen hecho, porque al menos así no tendría que cargar él solo con la vergüenza de su calor. Pero el menor lo había rechazado, y por muy agradecido que estuviera, no podía dejar de sentirse algo lastimado por ello.

Debía ser un omega más patético de lo que pensaba si aun estando en celo, y emitiendo una cantidad de feromonas como lo hacía, no había sido capaz de atraer a su alfa lo suficiente.

Félix, que parecía estar leyendo la decepción en su rostro, se sentó a su lado y apoyó la mano en su rodilla para llamar su atención.

—Puedo llamarlo si quieres...

—¡NO! —bramó Minho aterrado.

Aún no estaba listo para enfrentarlo, si es que alguna vez iba a estarlo.

—¿Seguro? ¿está todo bien entre ustedes?

—S-sí, es sólo que... es que yo... — balbuceó Minho, escondiendo la cara entre sus manos para ocultar su bochorno.

El rubio pareció entender lo que pasaba por su mente, y le dedicó una sonrisa comprensiva mientras palmeaba su espalda.

—Min ¿sabes que conmigo puedes hablar de lo que sea no? yo... yo puedo entenderte.

Minho asomó su rostro, planteándose si confesarle al pecoso lo que le aquejaba o no. Confiaba mucho en Félix, pero todavía le resultaba difícil abrirse y hablar de ciertas cosas, incluso con él.

En especial había una cuestión que venía rondando en su cabeza desde hacía ya un tiempo, y que nunca se había atrevido a preguntar, pero  esa era la oportunidad para hacerlo.

—Lix yo c-creo que... que hay algo mal conmigo, bueno conmigo y con Jisung.

—¿Por qué lo dices? —preguntó el omega sorprendido.

—Es que yo... cada vez que hacemos algo, bueno, mi celo aparece. Creo que algo en él lo provoca.

—Oh...

—¿Es posible? Es decir, pasó cuando lo conocí, y luego cuando lo besé... y anoche él y yo empezamos a...

Minho se detuvo, sintiendo que había hablado demás, pero Félix le sonrío haciéndole entender que estaba bien, que no debía preocuparse.

—Mm puede ser, es cierto que lo de ustedes es... bueno ha sido algo extraño.

—Soy yo... es porque yo soy un desastre.

—Min no digas eso. Lo que quiero decir es que las parejas predestinadas existen, al igual que lobos que forman lazos a primera vista ... es raro, pero existen.

—¿Crees que sea eso?

—No lo sé, eso... creo que sólo ustedes pueden saberlo realmente. Lo que sí sé es tu cuerpo era un lío de hormonas hasta hace poco, y quizás después de esto se normalice.

Tenía razón, era la primera vez en años que dejaba que su celo se presentara sin intentar interrumpirlo con supresores. Aun así, algo le decía que había algo más que sólo su caótico organismo, y que Jisung tenía que ver con ello.

Su expresión se tornó triste, pues no sabía por qué, pero pensar en todo eso lo angustiaba.

—¿Min de verdad no quieres que lo llame?

Sí quería, quería que Jisung estuviese con él, quería que lo abrazara, pero no podía decírselo. Y mucho menos podía superar la humillación de esa mañana.

—Yo... yo me le lancé encima Lix, casi tuvo que atarme para que lo dejara —confesó cubriéndose esta vez con la almohada —¡No puedo volver a mirarlo a la cara sin querer morirme!

—Te entiendo, créeme —rio el pecoso por lo bajo —pero no debes sentirte avergonzado, al fin de cuentas no es nuestra culpa, es la maldita naturaleza.

—¡Agh ser un omega es una mierda!

—Mmm a veces lo es, pero sólo es cuestión de encontrar a la pareja correcta...

—¡JISUNG NO ES MI PAREJA!

—Bueno, lo que sea... sólo quiero decir que no todo es malo, también se puede disfru...

—¡FÉLIX!

Minho lo había golpeado con la almohada sin poder creer lo que el rubio le estaba insinuando.

—¡¿Qué?! Minho no tiene nada de malo que quieras hace...

—¡YA PARA! —suplicó el omega de cabello negro tapando sus orejas.

—¡Min deberíamos hablar de esto en algún momento!

—¡LA LA LA NO TE ESCUCHO!

—¡Ay Minho! está bien, ya no te diré nada más —se quejó el omega levantándose de la cama con aire ofendido y dirigiéndose a la puerta.

Minho se desplomó en la cama agradecido de que aquella incómoda conversación hubiese terminado.

Pero antes de salir de la habitación Félix se volteó con una sonrisa perversa en su rostro.

—Ya no te diré nada más... sólo que Jisung estaba más caliente que tú.

El pecoso logró esquivar el oso de peluche que salió volando y se fue riéndose a carcajadas, dejando a un Minho completamente sonrojado, confuso y ¿contento?

¿De verdad estaba pensando en hacerlo con Jisung? No podía, ¿cómo podía?

No estaba listo, se rehusaba a estarlo. Pero entonces ¿qué era aquel cosquilleó que sentía cada vez que pensaba en el alfa?

💜

Holi, hoy capítulo cortito perdón. Estoy estudiando y no he tenido mucho tiempo. Si puedo subo otro a mitad de semana.

Ah, quería decirle que si alguna vez tienen alguna duda del omegaverse, o de lo que yo interpreto, pueden preguntarme. Bueno, espero que sigan disfrutando de la historia.

Les deseo buena semana!

Nana.


ROLLER COASTER - HANKNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora