Tristán esperó pacientemente hasta que su amigo fue dado de alta. Lo abrazó por la cintura y pidió un taxi.
– ¿A dónde iremos?– preguntó el blondo.
– A mi casa – respondió el ojicastaño.
Katsuya se estremeció, ni le había respondido a su amigo la declaración y ahora debía estar con él hasta la recuperación. Suspiró y aceptó con humildad, pues todo esto había sucedido por su culpa.
– ¿Y tú moto?
– Se la llevaron para el taller, pero no te preocupes por esas cosas, lo importante es que estás bien.
– Prometo pagarte los arreglos.
– Deja de ser tan cabeza dura, te dije que no te preocupes, mejor acuéstate aquí mientras llegamos – dijo señalando su pecho.
El blondo lo miró apenado y aceptó acurrucar su cabeza en su amigo. Se sentía tan cálido y pensar en eso le llevó a sus recuerdos con Kaiba. ¿Alguna vez podría llegar a ser así de atento?... el solo pensar en una respuesta le dolía... Kaiba jamás lo amaría. Lloró en el pecho del mayor y sintió como este le acariciaba el cabello dándole a entender que todo estaba bien... si tan solo no se hubiera enamorado del CEO, tal vez podría darle una oportunidad a Tristán.
Era más de media noche y Jonouichi no daba señales de vida en la mansión, eso solo logro enfurecer más al castaño, pues esperaba que tras lo ocurrido el ojimiel regresará como perro con la cola entre las patas a pedirle que lo ayudara, sin embargo, eso no paso.
La botella que había abierto ya estaba por la mitad, sobraba decir lo ebrio que estaba.
– Hermano... ¿Que sucede, por qué estás bebiendo?
Sintió como la fulminante mirada de su hermano caía sobre su persona, encogiéndose asustado.
– Deja de beber tanto, tú no eres así– expresó Mokuba.
– ¿Y tú qué sabes de cómo soy? Apenas y convivimos, no vengas a decirme lo que soy o no soy.
– Hermano, eres un estúpido– gritó el menor.
Mokuba se fue corriendo a su habitación tirándose sobre la cama completamente dolido, dejando salir sus lágrimas. Sabía que la relación entre él y Seto no era muy fraternal, pero no hacía falta que se lo recordará, además, de que tenía la ilusión de haber avanzado en los últimos meses, pero todo eso acababa de irse por el desagüe.
Al ver que el menor salía corriendo, estrelló con frustración la copa contra la puerta.
– Maldito perro, no estás y todo se arruina.
***En casa de Tristán***
– Hemos llegado Jonouichi, vamos te ayudo a entrar a la casa.
Durante el camino el rubio no pudo evitar caer dormido tras haber derramado todas las lágrimas que pudo, se sentía muy agotado y el llorar lo agotó en demasía. Lentamente bajó del taxi con ayuda de Tristán y el conductor. La casa de su amigo era pequeña pero muy cálida, en diversas ocasiones se había quedado a pasar la noche, pero esta vez era diferente, pues ahora no podía ignorar los sentimientos que hasta hacía unas horas le habían sido confesados.
Se sentía algo incómodo, sin embargo, entró, después de todo no tenía ganas de regresar a la casa de ese egoísta de Kaiba.
– Bueno ya sabes puedes dejar tus cosas en mi habitación, y esperarme aquí, traeré la cena, todo fue tan rápido que seguro no has comido nada.
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A mis espaldas
FanficKatsuya Jounuichi y Seto Kaiba siempre han tenido aspiraciones y puntos de vista diferentes. Sin embargo, un acontecimiento los llevará a estar juntos y aprender el verdadero significado del amor y el sacrificio. Esta pareja pasará por duelos, separ...