Annabeth Swan Partenos, una chica dispuesta a todo tipo de aventuras.
Jackson toma la decisión de enviar a su hija a vivir con Charlie, para mantenerla alejada del peligro que corre en New York, ahora vivirá en el pequeño pueblo de Forks, Washington...
Alice apareció en el claro desde el sureste con esos elegantes movimientos suyos de bailarina.
El éxtasis de ver su rostro de nuevo estuvo a punto de derribarme.
Jasper y Soo, cuyos ojos destellaban con fiereza, le pisaban los talones. Junto a ellos corrían dos desconocidos.
-Mi hermana ha buscado sus propios testigos durante semanas -le dijo al anciano líder -y no ha regresado con las manos vacías. ¿Por qué no nos los presentas? -habló Edward
-Ésta es Huilen y él, su sobrino Nahuel.
-Testifica, Huilen. -ordeno Aro.
-Me llamo Huilen. Hace siglo y medio, yo vivía con mi tribu, los mapuches. Mi hermana tenía una piel blanca cómo la nieve de las montañas y por ese motivo mis padres la llamaron Pire. Era muy hermosa, tal vez demasiado. Un día me contó qué se le había aparecido un ángel en el bosque y qué acudía a visitarla por las noches. Yo sé lo advertí, era el libishomen de nuestras leyendas, pero no me hizo caso. Estaba como hechizada. Cuando estuvo segura de que la semilla del ángel oscuro crecía en su interior, me lo dijo. Yo la cuide durante el proceso, ella comía la carne cruda y se bebía la sangre de las piezas. No necesite de más confirmación para saber qué clase de criatura crecía en su vientre. A pesar de que yo le decía que eso estaba mal ella le tenía una gran adoración a la criatura. Se hizo fuerte al crecer y le rompió los huesos y aún así ella le adoraba. El niño se abrió pasó desde el vientre para salir, ella murió desangrada enseguida y no dejó de pedirme todo el tiempo que me hiciera cargo de Nahuel. Él me mordió cuando intentaba sacarlo del cuerpo de su madre, desde entonces soy así.
-¿Cuándo llegaste a tu madurez? -esta vez le pregunto a Nahuel
-Fui adulto a los siete años, más o menos.
-¿Y que me dices de tu dieta?
-Sangre y comida humana, puedo vivir de ambas.
-Hermano -dijo Aro con voz suave -no parece haber peligro alguno. Estamos ante un desarrollo inusual, pero no veo la amenaza.
-¿Es ése el sentido de tu voto? -preguntó Caius.
-Lo es, hoy no vamos a luchar. Paz queridos míos. -anunció.
Dió una última mirada al clan para que los Vulturis y la guardia abandonaran el lugar.
Después de que los lobos se fueran, regresamos a casa de los Cullen para despedir a los amigos de Carlise y darles las gracias por haber apoyado en ésto.
Cuando Jas despidió a sus amigos, entramos a la casa y fuimos a su recamara.
-Quisiera alejarme de todo ésto aunque sea unos días -digo antes de tumbarme en su cama.
-Que tal el fin de semana
-Está bien pero... Dónde iríamos?
-Recuerda que tenemos una casa en las montañas
-Suena bien... Después de todo ya tiene mucho tiempo que no vamos
・﹏・ ............. ・﹏・
Después de un largo viaje como la última vez, a excepción de que ahora no es una sorpresa, llegamos a nuestro destino. Salimos de la Jeep y bajamos nuestras maletas, entrando a la casa las llevamos hasta la habitación.
Al terminar de acomodar nuestras maletas, decidimos ver películas el resto de la tarde.
-Me encanta estar contigo Jas -le dije acercándome a el para darle un beso en los labios.
-A mi también -vuelve a besarme. Al inicio fué un beso dulce y tierno , pero con el tiempo paso a ser un beso lleno de lujuria y exitación.
-Ya lo he decidido -digo sin poder contenerme. Me siento a horcajadas en su regazo.
Me acerco a su cuerpo sin dejar distancia alguna. Sus manos recorren todo mi cuerpo.
-¿Estás segura?
-Lo estoy -Contesto algo agitada
Cambia de postura y se pone encima de mi.
Su boca encuentra la mía y me besa despacio. Sus labios parecen hechos para los míos, a la medida. Nuestra ropa comienza a desaparecer hasta quedar sin ninguna prenda.
Con una rodilla separa mis piernas y luego me acaricia con los dedos.
-Estás muy mojada, eso lo hará más fácil. -dice con una voz entrecortada. -Si quieres que pare, dímelo. Lo digo enserio. -dice con ternura mientras me mira a los ojos esperando mi respuesta.
Yo sólo me limito a asentir.
Un segundo después siento como va entrando en mí... Cierro los ojos y me oigo jadear.
-¿Estás bien? Mírame Ann
Asiento y entra un poco más.
-Dios... -gime, y presiona un poco mi cadera -Te amo, te amo con locura -susurra en mi oído.
Me besa en todas partes: en los labios, en mi frente, en las mejillas y en la nariz. Me acaricia la mejilla con los dedos y me besa otra vez antes de enterrar la cara en mi cuello.
Aprieta la mandíbula para concentrarse y no perder el control. Sus músculos duros y firmes se contraen y se relajan bajo su piel pálida. Sé que le está costando mucho controlarse , ir despacio por mí, y eso hace que aún lo quiera más.
El tiempo transcurre cada vez más despacio hasta que acelera sus movimientos . Al momento que mis músculos se contraen, siento como se estremece y después gime mi nombre y yo el suyo.
Levanta la cabeza y al encontrarse nuestras miradas, siento una profunda conexión que es más atrayente que la misma gravedad.
-Te amo Annabeth
-Te amo Jasper
Siempre supe que valías la pena, la alegría, la espera, la distancia, los momentos, las lágrimas, las risas, los días y noches. El vale todo para mi.
Simplemente lo Amo. Y no es para tanto. Es para siempre.
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