Cruel Perdición © HDM#1 [+21] RESUBIENDO versión 2021

Ⅶ -♱MÓRTEM♱ -PARTE 1

Después de la muerte no está el cielo o el infierno, sino el reclamo de las llamas que en la tierra habitan.

Moon.M.

Sky

Estaba frenética, asustada. El sudor me bañaba del nervio que sentía, de la sensación tan desagradable que me recorría, la voz en mi cabeza no dejaba de reír, regocijada de haber visto el cuerpo sin vida de la psiquiatra.

Yo estaba luchando por huir del peligro que era mi madre después de verla matar a un cura, pero me tapé los ojos con desespero sin darme cuenta de que mi amigo era solo una máscara de buen rostro con un corazón oscuro.

Mató al enfermero, a Yulian y a Miranda, la última de un modo que da miedo recordar.

—¡Suéltame, no me toques! —Azoté su mano fuera de mis cabales.

Quiero salir del bosque e irme lejos... muy lejos de aquí.

No más muerte, clamo por ti mi señor Dios y todos tus arcángeles.

—¡Sky, escúchame maldita sea! —su grito desmedido me hace retroceder cuando sus ojos veo arder—. Tenemos que irnos —Me aclara—, si llegan aquí tan cerca del Garden nos pasará algo malo.

Recuerdo los enfermeros que hacen de centinelas los cuales salen a escondidas.

No, me niego a que madre vea esto, que ella crea que yo las maté o peor, que soy esa niña que encontraron riendo frente al cuerpo de su tío. Inevitablemente me llevo las manos a la boca, arrancándole la carne nerviosa y en un estado de crisis, ya ni me importa que estén llenas de sangre y el sentir el sabor metálico.

—Ya no puedo más —me derrumbo en la tierra a llorar en un ovillo.

Paz.

No más sangre.

Paz.

«Te ves tan patética, no sirves para una mierda»

Me cubro los oídos para no escuchar la voz y me meso frenética revoloteándome el cabello. No soy patética, solo soy humana y siento igual, como el miedo y el desespero por haber nacido normal me faltan... es una necesidad.

Unos brazos me envuelven deteniendo mis temblores, pero su cuerpo no me sale cálido si no frío, un miedo inigualable y voraz que no puedo determinar cuándo besa mi cien.

—¿Confías en mí, Sky? —pregunta tomando mi rostro entre sus manos llenas de sangre.

Dudo tanto solo viendo esas dos esferas azules que me dan más miedo al no ver remordimiento, pero algo me dice que le dé la mano, ya sea la izquierda o derecha.

«Él ahora es el único que te puede salvar, dile que si»

Asentí dudosa. Él se acercó a mí a dejar un castro beso demasiado efímero para que mis labios temblorosos del miedo puedan disfrutar.