La Flor Púrpura del Campo | Naruto Uzumaki

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— ¿Y a qué se debe el honor de que haya venido a nuestra aldea el gran "Tornado de la Arena"? – preguntó un viejo que miraba fijamente a mi papá. Lo llamó por su antigüo apodo ninja, suena genial viniendo de un extraño.

— Señor Hokage, mi hija y yo perdimos nuestro hogar en la tierra del viento tras una disputa entre dos aldeas, por eso he venido a suplicarle nos deje alojarnos en su aldea. No tenemos a dónde más ir, el Tercer Kazekage no dejó que nos quedáramos en la aldea de la arena después de que no accedí a ir a la guerra contra la aldea de la nube, pero supongo que eso usted ya lo sabía... – contestó con un toque de melancolía, increíble que mi papá, un ninja reconocido por las cinco grandes naciones, esté suplicando ante este viejo.

— Sí, ya estaba al tanto de la problemática. También supe que después de dar a luz a su hija, su esposa decidió abandonarlos para regresar a su aldea, es una terrible situación... – me miró desanimado y se volvió hacia papá para seguir conversando – Está bien, tendré en consideración lo que ha hecho el clan Tsukinōra por nuestra aldea.

El abuelo al que le llamaban "Hokage" acepto sin decir mucho «Parece que el clan de papá le ha hecho favores a estas personas».

— Muchísimas gracias, Tercero, mi hija cuidará bien de su aldea cuando sea mayor como agradecimiento por su hospitalidad. – dijo mirándome con orgullo a lo que yo sonreí ampliamente, me hacía muy feliz que cada que hablaba de mí, papá sonreía con orgullo. Me sentía especial.

— ¡Claro que sí, abuelo, yo seré la ninja más fuerte de todas las tierras! – dí un gran salto alzando mi puño, pero papá arruinó mi momento de gloria golpeándome en la cabeza.

— ¡Grosera! – me senté rápidamente bajando la cabeza – Perdónela, Tercero, es muy inmadura aún... – sonrió nervioso.

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Salimos del despacho del Hokage, yo iba de la mano de papá mientras el cargaba las bolsas con nuestras pertenencias hacia nuestro nuevo hogar, una casa justo en el centro de la aldea «¡Queda cerca de todos los puestos de comida que hay, que emoción!»

Papá fue todo el camino contando unas monedas y balbuceando cosas que no entendía, y después de un rato, soltó un largo suspiro y miro hacia adelante.

— ¡Oh, por cierto! – giré sorprendida – El Hokage dijo que por tu edad podrías entrar a la academia y estudiar ahí. – lo miré horrorizada «¿Estudiar? Ese abuelo me va a mandar a estudiar, tan bien que me caía.» – Sí, ya se que no te gusta mucho estudiar, pero mira... cuando era pequeño yo también estudié muchísimo y así me convertí en el gran ninja que soy ahora. Así que hay que estudiar para ser un ninja genial.

Lo miré unos minutos pensativa y luego miré al suelo... mi papá estudió y es un ninja súper increíble, entonces ¡yo también estudiaré! Seré una ninja increíble, todos conocerán mi apellido y pondré en alto el clan Tsukinōra de nuevo. Pondré en alto el nombre de papá.

Seguía pensando en todo lo que haría para llenar de orgullo a papá y proteger esta aldea pero en ese preciso momento un niño paso a mi lado corriendo, sacándome de mis pensamientos y mis historias inventadas en las que todos me amaban. Un niño rubio y de ojos azules, que estaba manchado de pintura de colores por todos lados iba riendo a carcajadas mientras dos ninjas lo perseguían... ¿que no son ninjas?¿cómo es que un niño como él puede escaparseles?

— ¡Ven acá mocoso insolente, limpia lo que acabas de hacer o verás que te irá mal! – iban gritando tras el.

Confundida mire a papá quien los observaba igual o más confundido que yo pero decidimos pasar de eso e ir directamente a casa, estábamos muy cansados. Caminamos desde la tierra del viento hasta acá y mira que es un largo camino... estoy hambrienta.