La Flor Púrpura del Campo | Naruto Uzumaki

[21]

Mientras ambos nos encontrábamos recostados en el suelo de esa oscura habitación, entró una pequeña brisa helada que nos abrigó. Él, con serenidad, puso la camisa que tiempo atrás se había quitado, sobre mis hombros para que no sintiera frío.
Se giró y quedó frente a mí, mirándome con la calma en la que uno vé el horizonte en un monte vacío. Acomodó un mechón de cabello que estaba fuera de lugar y aprovechó el movimiento para acariciarme la mejilla con lentitud, solo sonreí con calides mientras me sonrojaba como una niña pequeña.

- Olvidaba lo bella que era tu sonrisa. — sonrió de vuelta con un ligero toque de nerviosismo.

- Y yo olvidaba lo feliz que me hacía tu mirada posada en mí. — me acerqué un poco más con la intención de chocar mi frente con la suya — Gracias por amarme, sin tí solo seria un saco de huesos sin gracia ni vida.

Mentía, por mi bien, me mentía a mi misma, diciendo en voz alta cosas que él podría decir, pero que no lo hacía porque también serían mentira. Estaba consciente de lo que acababa de suceder era solo impulso humano, yo lo acorrale y no me di cuenta de mi error hasta el momento en que lo miré a los ojos bajo la tenue luz que pasaba por la ventana.

- Lamento todo lo que te hice, lamento haberte hecho daño, lamento no haberte esperado. Creeme que si hubieras estado aquí estaría contigo en vez de con ella, pero no puedo dejarla... la amo.

Eran palabras crueles saliendo de su boca, todo lo que me había prometido eran solo vacíos juramentos que no reviven ni aunque ambos estemos frente a frente, desnundos y vulnerables.

- ¿Qué tendrá tu voz que cada desplazo tuyo suena aún a amor..? — dije con serenidad, mientras tomaba mis ropas y me vestía con lentitud.

<<Es porque te amo aún>> dije para mí misma, implorando qué él lo dijera, sin embargo no lo hizo, ni lo hará después. El me miró unos segundos, mientras me alejaba escondiéndome en la grata oscuridad de la habitación. Decidió hacer lo mismo, vestirse en silencio.

Me dispuse a salir de aquel lugar débilmente iluminado y subir al techo más alto, sabía que me seguiría. Nuestra situación no ha tenido una conclusión y el necesita asegurarse de que no vuelva a aparecerme en sus tierras para hacerlo correr riesgos. Se acercó a mi, sentándose a mi lado mientras nos acurrucaba el resplandor apenas visible de la luna.

- ¿Ya no voy a volver a verte? — dije mirando perdida hacia la corta distancia que hacia el techo del suelo.

- Dudo que pueda volver a pasar algo como esto. Me siento mal por siquiera haberte tocado, pero me sigue haciendo feliz tu tacto.

- Entiendo.

- No quiero que veas todo lo que pasamos como simples capitulos de una mala historia, te amé como a nadie. Pero siempre había algo que nos separaba y al final terminé olvidando lo bueno porque habíab más cosas malas.

Lo miré con rabia, una rabia interiorizada qué podría quemar de ser física. Me causa un sufrimiento indescriptible la idea de que en tiempos pasados él me habría perdonado, me habría dado otra oportunidad -qué probablemente no mereciera, pero él lo haría porque confiaría en mí como nadie-, que no pensaría dos veces en besarme con la misma sed que yo. Pero al verlo lo desconozco también, el ya no es mi adorado sol, había dejado de serlo desde que me fui por primera vez. Ya no me daría una segunda oportunidad porque ya no la merecía y el lo sabía, ya no me daría su tiempo porque ya no era para mí, ahora era para su familia y sus obligaciones. Era algún adulto al que nunca conocí.

Como último acto de arrepentimiento, me limité a desprender una única lagrima qué se llevaba todo mi dolor.

- Te amo. — dije, arrancando todo sentimiento que pudiera quedar en mí.

- Yo también te amé.

Afirmó, limpiando con cuidado la única gota de amor que derramé y llendose a quién sabe donde a hacer quién sabe qué.

Y me quedé ahí, con un horrible dolor en el pecho que contuve hasta hartar y con aquel nudo en la garganta que rasga solo pensar en ello. Sentada ahí por horas, hasta que amaneció y pegaron en mi rostro los primeros rayos de sol brillante qué me sacaron de mi trance.

🍥

He aquí, el final de una historia que no era de amor.

Agradezco muchísimo el apoyo que tuvo por parte de todas ustedes, mis lectoras, por sus votos y sus palabras de amor.

Les pido porfavor que lean el la última parte de la historia, es una explicación y reflexión de lo que quise reflejar en esta corta leyenda.

Nuevamente, muchas gracias por leer hasta el final. Espero nos encontremos de nuevo.