La Flor Púrpura del Campo | Naruto Uzumaki

[8]

Desperté en la cama con una cobija cubriendome, talle mis ojos con brusquedad y me levanté de la cama. Por fin recupere mis fuerzas y me siento aún mejor que nunca, siento muchísima energía y también tanta hambre que me comería un java-.. no, dos jabalíes enteros.

- Uh, ____. Me alegra que ya despertaras, es hora de ir a la academia. Preparé el desayuno pero no tomes la leche que está en la mesa... sabe fea.

- Muchas gracias Naruto. - sonreí con energía - Dame un segundo me cambio y enseguida voy.

- Bien, deje tu ropa ahí. - señaló la esquina de la cama - Está un poco sucia así que si quieres puedes tomar de mi ropa, ya sabes dónde está.

- Claro, gracias.

Naruto se dirigió a la cocina y yo comencé a vestirme, tomé mi ropa y, en efecto, estaba manchada. Me acerqué al cajón y tomé una camisa de Naruto, era un poco grande pero nada que me haga ver mal. Me puse mis pantalones, acomodé un poco mi cabello y me coloqué la peineta púrpura. Arregle la cama, doble la pijama y la dejé en el centro de esta con el gorrito de dormir encima. Me dirigí a la cocina mientras me iba acomodando un poco la camisa, era linda y tenía un remolino naranja en el centro, me senté frente a Naruto en la mesa y lo miré.

- ¡Gracias por la comida! - tomé los palillos y comencé a comer pero note que Naruto comía lento y me miraba de reojo por momentos - ¿Pasa algo? Te noto algo extraño.

- Lo mismo te iba a preguntar, ¿te sientes bien?

- ¿Yo? claro que sí. Mejor que nunca. ¿Por qué la pregunta?

- Pues hoy en la mañana te encontré dormida a mi lado tapando tu boca, además tenías una cara de agonía que era realmente preocupante.

- Oh, es por eso. La verdad es que me levanté por la madrugada a beber agua, que por cierto, debes conseguir por lo menos unos vasitos, Naruto. No tienes nada en las gavetas más que palillos usados y envases de ramen vacíos. - reí, el solo sonrió avergonzado - En fin... aún no tenía mucha fuerza en las piernas para subirme a la cama de nuevo - (vaya mentira tan tonta, pude haber pensado en una mejor, soy terrible) - por eso mejor decidí dormir al lado tuyo. Espero no haberte causado inconvenientes, no quería molestar. - miré al ramen apenada - Y sobre lo de mi cara... supongo que tuve una pesadilla aunque a decir verdad no lo recuerdo muy bien como para contarte.

- Entiendo... está bien. No hay ningún problema - sonrió, (supongo que se lo creyó) - pero pudiste haberme despertado para ayudarte y que no durmieras en el piso frío. Fue suerte que no te resfriaras, de véras.

- Oh, no. Estoy bien, de verdad. Incluso me siento con muchísima energía, como si hubiese dormido semanas enteras. Por mí no te preocupes, ya has hecho bastante. - sonreí.

Comenzó a comer, se veía más tranquilo. (Me alegro que se haya creído la mentira, lo siento tanto, Naruto, pero por más que quiera no puedo contarte nada.)

Después de "desayunar" (y digo "desayunar" porque no sé si un ramen instantáneo cuente como desayuno) salimos de casa y nos dirigimos a la academia, no podía ir con papá porque el tenía entendido que después de pasar la noche nos iríamos de aquí a la academia. Si iba ahora rompería en forma la mentira y sospecharía aún más.

Ya que llegamos, en la entrada de la academia comenzaron a agruparse los chicos y al verme con una camisa de Naruto no tardaron mucho y comenzaron a burlarse. (Estos idiotas, cada que abren la boca gastan más mi paciencia.)

- Bueno y dejando de lado eso... - dijo Shikamaru - ¿Cómo vas con el regalo de cumpleaños del señor Sakio?

- Tenía planeado regalarle una mascota, el es amante de los animales. Pero no quiero darle un perro o un gato, son muy comunes.