Capitulo IX

519 40 8
                                    

¡Últimos Capítulos!

La señora Char está sentada en la sala, ojeando relajada un libro mientras Sofia lentamente se acerca y se arrodilla al lado de donde está su madre sentada—Mamá—llama la atención de la mujer quién de inmediato cierra el libro y fija la mirada en su hija—Uhm... ¿Puedes hacerme un favor?—pregunta insegura en un tono bajo. 

Su madre entrecierra sus ojos y con una sonrisa, cuestiona-—¿De qué se trata?—

Sofia sonríe con timidez antes de preguntar—¿Me enseñarías a bailar?—

La mujer abre ampliamente sus ojos y con una sonrisa de oreja a oreja, asiente emocionada. 
[...] 

Aprender a bailar no ha sido tan sencillo para Sofia, principalmente porque siente que su cuerpo está oxidado. 

En la mitad de la sala, su madre comienza a darle instrucciones, desde los movimientos de los pies hasta los movimientos de los brazos. 

Sofia sólo la mira moverse y sin haberlo intentado, asegura que se le hace demasiado difícil. 

Su madre la toma de la mano para que haga un intento—Haz lo que yo hago—indica la mujer. 

Sofia asiente y comienza a copiar los movimientos –agradece a Dios internamente porque es sólo balada– 

Después de varios intentos, Sofia finalmente le toma el ritmo a la música y comienza a poner en práctica los pasos hasta sentir que su cuerpo comienza a relajarse. 

Bailar relaja, Sofia sonríe mirando a su madre al lado de ella. 

—Ahora bailemos juntas—sugiere su madre y la castaña alegremente acepta, comenzando a bailar con su hija. 

Un... 

Dos... 

Un... 

Dos... 

Su madre musitaba mientras dirigía a Sofia de lado a lado. 

Definitivamente bailar sola es más sencillo que hacerlo acompañada, piensa, cuando bailas sola, eres dueña de tus propios movimientos pero al bailar con alguien debes adaptarte a los movimientos de la otra persona. 

Es trabajo en equipo. 

Sofia se distrae con sus propios pensamientos y un segundo después le da un pisón a su madre.
La mujer se queja—Lo siento, lo siento—si hija se disculpa rápidamente. 

—Cariño, no te preocupes. Lo estás haciendo muy bien—anima su madre y Sofia suelta una risita mientras continúa bailando.

///////
Después de incontables horas de baile, Sofia se encuentra bailando con Chloe en el balcón. 

Ambas bailan bajo la inmensa luna, volviendo a sonreír como solían hacerlo. 

Sofia bailaba como toda una experta, sorprendiendo a Chloe con cada movimiento y cada paso de baile que su madre le enseñó. 

—¿Desde que cuando eres tan buena en esto?—cuestiona la rubia entre los brazos de su novia con una sonrisa.

—Desde que tú me inspiraste—Sofia le susurra dulcemente en el oído, enviando escalofríos por su espina dorsal. Chloe se sonroja un poco y recuesta su cabeza sobre su hombro. 

Bailaron la noche entera y si alguna estaba cansada, no se atrevían a decir nada porque estaban disfrutando cada minuto en los brazos de la otra.

Chloe y Sofia pasaban el tiempo juntas. 

Nuestro amor es como el vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora