Nuestro amor es como el viento

Capitulo VIII

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Se supone que este capítulo lo iba a subir la semana pasada pero la universidad me tiene muy ocupada, pero aquí está.

Chloe carga su gran telescopio hasta llevarlo al lugar donde usualmente lo coloca -más allá del cementerio- y lo pone en el césped mientras Sofia llega en su auto.

—Hola—Sofia saluda con una sonrisa, bajándose del automóvil con un morral en su mano y se acerca—Hola—responde Chloe caminando hacia ella con emoción y la recibe con un pequeño beso en los labios.

—¿Me ayudarías?—pregunta devolviéndose a cargar el telescopio. Sofia encantada asiente y la sigue mientras cuelga el morral en su hombro.

Chloe con el gran tubo entre sus brazos y el bolso en sus hombros, comienza a caminar—¿Y qué le dijiste a tu padre para que te dejara venir?—cuestiona Sofia agachándose un poco para agarrar la base del telescopio y comienza a seguir a Chloe.

—Le dije la verdad... sólo que no te mencioné—la pequeña confiesa mientras camina. Sofia en silencio, frunce el ceño y hace un gesto de desagrado, por alguna razón le molesta la idea de que le mienta a su padre sobre ella.

Después de caminar varios minutos hasta llegar a la piedra donde originalmente va el telescopio, Chloe comienza a acomodarlo mientras Sofia espera pacientemente sentada en una banqueta, encorvada, revisando su morral que está entre sus piernas.

—¿Qué quieres ver?—habla Chloe finalmente con la mano sobre el aparato mientras mira a Sofia.

La castaña centra su atención en ella—Uhm...—tararea y procede a mirar el cielo, tratando de pensar—Plutón—dice antes de volver a buscar algo en su morral.

—Plutón sólo se ve minutos antes del amanecer—explica la rubia.

Sofia levanta su cabeza sintiéndose como una completa tonta—Cierto—sonríe sacudiendo su puño levemente y sonríe levantándose de la banqueta con el morral en una de sus manos—Por eso es... que he traído termos con café caliente—dice sacando los frascos y colocándolos sobre la arena.

Chloe la mira admirada desde el telescopio—Y... una manta—continúa mientras la desenvuelve y extiende en la arena.

—¿Planeaste esto?—pregunta la rubia sorprendida con una sonrisa de oreja a oreja.

—Lo esperaba—Sofia admite con tranquilidad, sentándose sobre la manta mientras ve a Chloe soltar una risita.

—¿Estás seduciéndome?—La rubia cuestiona en un tono juguetón, entrecerrando sus ojos.

—¿Por qué?—contesta la castaña con una sonrisa coqueta, moviendo sus cejas—¿Eres seducible?—

Chloe levanta una ceja y con una sonrisa, niega con la cabeza.

Sofia rasca la punta de su nariz y aprieta sus labios—Es lo que creí—responde rápidamente, agarrando su morral—es por eso que traje... una segunda manta—dice sacando otra.

—Una para mí y otra para ti—explica en un tono suave, extendiendo la otra manta al lado de la suya.

—Gracias—Chloe sonríe con un gesto de satisfacción.

Sofia se levanta de la manta, caminando hacia ella y le da un beso en la mejilla para después abrazarla por detrás, rodeando la cintura de Chloe con sus brazos, sus manos descansan en el abdomen de la pequeña por varios segundos antes de que se alejara un poco para ubicarse cerca del lente del buscador.

Sofia disimuladamente saca un papel del bolsillo de su blue-jean y lo abre poco a poco.

—Chlo, ¿Puedes... encontrar esta estrella?—pregunta, enseñándole el mapa de estrellas—Esta de aquí–señala en el papel con su dedo.